Elizabeth.
Ha pasado una semana, solo una larga semana, estoy harta de estar en cama, solo deseo hacer algo, aprender cosas nuevas, no lo sé, solo ya no quiero estar aquí acostada, mi única rutina consiste en extraer leche, llevarla e ir a ver a los pequeños, a veces me quedo todo el día ahí, lo difícil es irme, no me he acostumbrado a dejarlos, aun me duele. Pero entiendo que es por bien de ellos, hasta ahora no ha habido ninguna complicación.
Me encuentro en mí habitación, son cerca de las nueve de la noche, supongo que debería descansar, mañana iré de nuevo al hospital, comienzo a acomodarme en la cama cuando tocan mi puerta.
- Elizabeth - es Dalí - ¿Puedo pasar?
- Adelante, claro que puedes - respondo
- Gracias
Abre la puerta, me mira algo apenado.
- Bueno, lamento molestarte a esta hora, es solo que, quería saber si tu puedes, no se
- Deja de darle vueltas al asunto
- Suplir a mi secretaria el día de mañana, es que ha enfermado y pues no hay quien me ayude
- Sí, si puedo, solo necesito que me digas que es lo que debo hacer
- Gracias, te pongo al corriente con todo en un momento
Dalí sale de mi habitación.
Creo que me sentiré útil
Gabriel.
Estar aquí solo hace que mis pensamientos se contengan, puedo admitir que ceder el control ya no me ayuda de mucho, mi cabeza solo gira en al rededor de Elizabeth, hace tiempo que se fue de mi lado y sigo sintiendo que algo me falta, creo que ya debería estar acostumbrado a esto, pero no, no puedo, el ir al club se hace cada vez menos emocionante, lo único que ahora ocupa mi cabeza es un negocio que está en puerta, pero aún no nos han llamado.
- Señor la secretaria del Señor Reinhof le llama - dice mi secretaria
Aun es extraño escuchar que alguien más tiene mi apellido, supongo que así es esto.
- Sí, Ale, pásamela por favor
- Sr. Reinhof buenas noches, ya tenemos una respuesta solo es para ver si usted tiene tiempo la semana que viene
-¿Qué día?
- El Miércoles, esta llamada es para ver si no hay ningún inconveniente
- No, para nada, lo que más nos interesa es trabajar con ustedes
- Perfecto, hemos agendado la reunión para las 12 del medio día, espero que sean puntuales, así mismo la reunión se llevará a cabo en la terraza de la empresa, sin nada más que comunicar me despido
La secretaria ha colgada, por alguna extraña razón la voz se me hace conocida, sin embargo no logro conectar las piezas.
Dejo de martillarme la cabeza y sigo revisando los documentos que debo presentar para hablar del proyecto, hemos hecho lo posible para que esto sea sustentable, este proyecto es lo único que me ha mantenido a flote, las terapias ayudan pero no me es fácil.
Elizabeth.
Me encuentro en mi habitación, es algo aburrido el estar aquí a la espera de noticias, el leer no me sirve de mucho, en realidad solo deseo estar con mis hijos.
Sigo leyendo los papeles del proyecto que hemos recibido, debo admitir que no entiendo ni una pizca de lo que estoy leyendo.
El miércoles ha llegado tan rápido, estoy algo ansiosa por lo que pasará hoy, Dalí me ha explicado las cosas de los documentos y sigo sin entender mucho, pero al menos no voy en ceros, doy vueltas en el dormitorio, no sé que debería usar, no quiero verme mal.
Me apresuro a hacer las cosas, me doy una ducha, no tengo tiempo para perderlo, me miro al espejo, en mi rostro hay un brillo muy lindo, aun tiendo a mirar mi cuerpo, las marcas que aun se encuentran aquí me hace imposible el usar algunas prendas, mi piel es muy pálida.
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La Ultima Virgen
Teen FictionElizabeth es una chica que ha vivido por 15 años dentro de un bosque, su único pasatiempo es leer, su vida es apacible y tranquila, vive con su madre, hasta que una tragedia la lleva a conocer al Rey de su nación, un hombre despiadado y sin sentido...