Corro hasta la calle, está a punto de llover, mi corazón late muy rápido, estoy muy asustada, tengo que asegurarme de que ellos estén bien. Tomo el primer taxi que aparece, le doy la dirección de mi casa, le pido que se apresure, este es un tema de vida o muerte, sino los encuentro no se que haré, llego hasta casa, la lluvia está a todo lo que da, pero no me importa, lo que necesito es ver que mis hijos estén bien.
Me he mojado un poco pero estoy en la puerta de la casa, me tiemblan las manos, las llaves se me caen al suelo, no me puedo controlar, estoy demasiado ansiosa, abro la puerta después de o que me parece una eternidad, la escena que encuentro frente a mis ojos me llena de paz, me llena de completa tranquilidad.
Las tres enfermeras que salieron del hospital se encuentran aquí, están cuidando de mis hijos, los tres están en casa.
- No creí que llegarías temprano - dice Mayra saliendo de la cocina
- Yo tampoco pensaba llegar temprano - contesto
- Tus bebés son hermosos ¿Te lo he dicho?
-No, no me lo habías dicho - respondo
Me acerco a cada uno de ellos se encuentran dormidos, mi ser descansa ahora, estaba muy asustada, creí por un momento que él les haría daño, creí que me dañaría.
La lluvia comienza aun mas fuerte, los truenos están a todo lo que dan.
- Creo que deberían irse - me dirijo a las enfermeras
- Lo sentimos señora pero fuimos especialmente contratadas para cuidar de sus hijos, sabemos que tiene una agenda apretada así que nosotros nos encargaremos de esto
- Yo no las contraté
- Lo sabemos, fue el padre de los niños
- Ellos no tiene padre, solo me tiene a mi
Entiendo que crean que no puedo hacerme cargo, pero son mis hijos, los he cuidado desde que nacieron.
- Me iré a bañar - informo
Subo a mi habitación, todas etas emociones juntas me han causado un dolor intenso de cabeza, voy hacia el baño, necesito sacar toda esta tensión, necesito estar en paz con todo esto, es demasiado para mi.
Me doy una ducha, taro de no pensar en lo que ha ocurrido esta tarde, pero en realidad no puedo, sus ojos, su voz suplicante no sale de mi cabeza, mis pensamientos están arraigados a él, siento culpa, pero no debería sentirla, él merece estar solo, aunque en realidad parece estar cambiando, no comprendo nada de esto, sinceramente me siento como una tonta, demasiado ilusa tal vez.
Me coloco una ropa cómoda para estar en casa. Voy al cuarto de los bebés, los tres se encuentran en la cuna, cada enfermera e encuentra a lado de ellos, leen un libro, supongo que solo estarán en el día. Ya no digo nada, creo que Gabriel está tratando de redimirse. Tal vez no deba privarlo de la presencia de los niños, después de todo es su padre y quiere responder por ellos.
- Elizabeth - me habla Mayra - Tal vez deberías asomarte a la ventana
- ¿Por qué?
- Bueno, creo que deberías ver esto
Me lleva con ella por la sala de estar hasta la ventana, la lluvia está a todo lo que da, el cielo está completamente negro, mi atención se centra en el individuo que está al otro lado de la calle bajo la lluvia, no puedo creer que esté haciendo esto. Gabriel se encuentra bajo la lluvia, mira hacia aquí, no sé hasta dónde llegará esto.
- Deberías ir por él - sugiere
- No, no iré por el, ha sido su decisión el estar ahí yo no tengo nada que ver
- Elizabeth, si Gabriel permanece más tiempo fuera y bajo la lluvia morirá, su sistema inmunológico no es muy bueno, un cambio de temperatura y podría enfermar y morir
- No me interesa, él está ahí por gusto yo le he dejado las cosas en claro
- Como quieras, iré a la cocina - responde
Vuelvo a mirar hacia a fuera, el sigue firme, no se irá hasta que salga, pero no puedo salir, no debo y no quiero.
Sigo con mi tarde me pongo al corriente con lo papeles de algunos contratos que debe firmar Dalí, de vez en vez mi mirada se centra en la ventana, pero no me permito el ir, supongo que se habrá dado por vencido.
- ¿Ya se fue? - pregunta Mayra
- No lo sé, estoy trabajando, no he ido a mirar
- Tal vez deberías ser menos dura con él, es la primera vez que lo veo así, el no le ruega a nadie, a demás se ve muy vulnerable
- No debe importarme Mayra, sufrí mucho por culpa suya
- No creo que hayas sufrido mas que yo o más que cualquier otra mujer que estuvo a su lado
- ¿Cómo puedes decir eso? Él me violó, me golpeó, me drogó , por su culpa tengo tres hijos, me redujo a nada
- ¿Te dejó arrodillada ante el toda la noche? ¿ A caso te sometió a orgias? ¿A caso te prohibió ir al funeral de tu madre? ¿A caso te rompió el corazón más de una vez? ¿ Te dejó toda una semana encerrada en el calabozo sin alimento y sin agua? ¿Te marcó como a un animal?
Las lágrimas de Mayra están a punto de brotar.
- No, jamás hizo eso
- ¿En tu primer día ahí te tomó sin contemplación? ¿A caso te hizo abortar? ¿Te sacaron a tú bebé en contra de tu voluntad?
- No, esperó todo el tiempo que pudo, el jamás hablo de familia, pero no, el trató de ser paciente
- Entonces Elizabeth, al parecer no fue tan cruel como conmigo, como con las demás mujeres que han pasado por él
- Al parecer te ama, a nosotras jamás nos amó, ahora él está allá afuera y está esperando por ti, te ha rogado un montón de veces perdón
Me quedo callada, no quiero admitir que ella tal vez tenga razón. Me levanto y voy hacia la ventana, él sigue de pie ahí, su ropa está completamente mojada, siento como si su mirada se clavara en mis ojos.
- Lo lamento - digo
Estoy a punto de darme la vuelta cuando lo veo caer, su cuerpo cae in fuerzas al suelo, mi corazón se asusta, debo ir por él. Como puedo salgo de la casa, bajo por el ascensor, este tiempo se me hace largo, corro hacia la calle, lo veo más cerca. Espero pun poco para poder cruzar, cuando puedo hacerlo corro hacia él.
Está muy débil.
- Gabriel, por favor despierta
Su piel está muy fría y empapada.
- Elizabeth - su voz apenas es audible
- Ayúdame a llevarte a mi casa
- Me siento muy débil
Ni siquiera puede levantarse, esto no puede estar pasando, estas cosas son muy extremistas, como puedo lo ayudo a levantarse, debo decir que para estas alturas estoy igual de mojada que él, cruzamos la calle, llegamos hasta mi edificio, como puedo lo ayudo a entrar en el ascensor.
Está temblando de frío, seguimos hacia adelante, toco la puerta, Mayra abre la puerta, me mira con evidente sorpresa. Nos ayuda a pasar, nos ayuda a llegar mi habitación, lo acuesto en la cama, Mayra me ayuda a quitarle la ropa, lo dejamos en ropa interior y me ayuda a preparar un baño caliente para poder meterlo, cuando todo está listo me ayuda a llevarlo.
- Elizabeth, te amo
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La Ultima Virgen
Teen FictionElizabeth es una chica que ha vivido por 15 años dentro de un bosque, su único pasatiempo es leer, su vida es apacible y tranquila, vive con su madre, hasta que una tragedia la lleva a conocer al Rey de su nación, un hombre despiadado y sin sentido...