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Gabriel

Entro a su habitación, ella duerme, me quedo sentado en el suelo, esta era la habitación de mi madre, ella solía dormir aquí, dormía como ella duerme ahora, sé que se ha enjuagado en cabello, sé también que lo que pasó en la mesa está mal, pero por un momento me sentí desafiado, inseguro, esto me está llevando al límite de todo, está sensación no me deja, no me gusta sentir que soy poco para esto.

Elizabeth

Ha pasado una semana desde que llegué a esta lugar, no puedo decir que todo ha sido miel sobre hojuelas, ni mucho menos que me he acostumbrado a estar sola, mi madre me hace mucha falta, aún soy joven y no tengo experiencia para esta vida.

Tal vez ella podría explicarme todo lo que hago mal, ella podría instruirme, pero ella no está aquí para mí y es por culpa mía.

Desde lo que pasó aquella noche he tratado de seguir las órdenes del Rey o al menos lo que he oído le gusta, no deseo que su hermana vuelva a burlarse de mi o qué se sientan en ridículo por mi causa.

Camino por los pasillos cómo es mi costumbre, solo tengo permitidas algunas zonas, al igual que una pequeña parte del jardín ,es ahí donde he pasado la mayor parte del tiempo.

- Hola Elizabeth

Volteo y a Dalí

- Hola Dalí ¿ Cómo estás?

Desde que el salvó mi vida a penas he podido verle, de hecho no hemos hablado mucho, tal vez no debería tener tanta confianza con el.

- Estoy bien, no deberías estar en esta área 

- Lo sé, me perdí por un instante, lo lamento 


- No deberías disculparte tanto 

- Yo, lo tendré en cuenta 

- ¿Sabes leer? 

- Sí, mi madre me enseñó 

- Para que no te sientas sola puedes ir a la biblioteca - sugiere  

- ¿De verdad?  

- Sí, de verdad, no creo que al Rey le moleste que su concubina esté en ese lugar 

- No soy su concubina, el y yo no hemos hecho nada  

- Lo eres, hayan hecho algo o no 

Me quedo callada, no creo que merezca ese título, pero no puedo decir nada por ahora. Me lleva hasta la biblioteca al entrar puedo ver demasiados estantes llenos de libros es todo un sueño  para toda amante de la lectura, hay libros de todo tipo, además de que este lugar está acondicionado para leer cómodamente. 

  - No digas nada solo lee disfruta, al menos pasa tus días aquí, te sentirás menos sola 

- Gracias Dalí, en serio, gracias 

Le abrazo de manera efusiva, el no reacciona, siento algo de incomodidad de su parte así que lo dejo. 

- No las des este es mi lugar preferido - contesta serio - ah y otra cosa, en el futuro no vuelvas a abrazarme, ni a mi ni a nadie que sea hombre, no es apropiado, menos si eres propiedad del Rey 

- Si ya veo, no quería hacerte sentir incomodo 

- Elizabeth mas tarde vengo a acompañarte y no me has hecho sentir incómodo, es solo que podría perder  mi vida 

- No volverá a pasar 

Sale de la biblioteca aun miro a mi alrededor es hermoso para mi gusto, camino hacia el primer estante observo libro tras libro. Tomo uno de pasta roja camino por el lugar buscando un lugar encuentro un sillón me siento y comienzo a leer.

La Ultima VirgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora