Elizabeth.
Camino por el pasillo, creo que he hecho lo más acertado, es mejor seguir adelante y dejar de lado a un amor que jamás será, puede sornar absurdo, pero el amor que tengo hacia él es bastante, se que no debería, se que me ha dañado de maneras impensables pero es un sentimiento que se ha quedado muy dentro de mi.
Me detengo, comienzo a sentir un dolor en la garganta, no puedo permitirme esto, no puedo permitir que me salgan lágrimas.
Respiro hondo, estoy a punto de llegar a la mesa cuando me encuentro con Mayra, ella me sonríe, pero su gesto cambia al verme en un mal estado.
- ¿Ha pasado algo? - pregunta
- No, nada en realidad es solo que estoy cansada, me siento indispuesta
- Tal vez deberíamos ir a casa
- Pero, pero la cena
- No es más importante que tu salud - responde
- Bueno, entonces sí me gustaría ir a casa
- Vale, entonces le avisaré a Dalí, espera aquí, ahora vuelvo
Asiento a modo de respuesta.
Me quedo aquí en el pasillo, me abrazo a mí misma.
- Elizabeth
Por favor, no de nuevo
- Escúchame, por favor, solo escúchame
- Señor Rehinof le he dicho que no quiero hablar con usted
- Ahora me hablas de manera formal, debo hablar contigo, es todo lo que quiero, quiero que me escuches
Por un momento siento compasión por él, siento que debería escuchar lo que tiene que decir
- Tienes cinco minutos para decir lo que tengas que decir, después de ello no volveré a ser tan accesible
- Bien, primero quiero pedirte perdón por todo el daño que te causé - eso ha logrado captar mi atención - soy una persona con un problema de TLP y un posible estrés pos-traumático, se que te dañé y que las palabras no son suficientes para que sanes, estoy en terapia a la espera de poder mejorar, hablar me ha servido bastante, además quiero que regreses conmigo, no hay día que no pueda sacarte de mi mente, no hay día en el que no me culpe por todo
- Es que todo fue culpa tuya - respondo - tú fuiste el que creaba escenarios que no existían, quise entenderte, de verdad quería amarte, pero solo me destruiste, no volveré contigo, lo siento, espero que puedas encontrar a alguien que si te quiera y pueda lidiar con tu problema
Lo dejo en el pasillo y sigo adelante, a pocos pasos me encuentro con Mayra, creo que lo ha escuchado todo.
- ¿Cómo es que Gabriel Rehinof está pidiéndote perdón y como es que...
- ¿Qué tanto escuchaste?
- Todo, he escuchado todo - responde
Me quedo en silencio y es que en realidad no se que decir, no es como que tenga ganas de contarle mi vida, aun no llego a ese nivel de confianza, pero por otra parte siento que debo darle una explicación, ella es como parte de la familia ya.
Me toma de la mano y me saca del restaurante, caminamos por un momento hasta llegar a una pequeña plaza, entramos al área de comidas, pronto cerrarán el lugar, aún así me sienta en uno de las mesitas, me mira con cierta pena, no lo sé, no puedo .
- ¿Cómo es que terminaste casada con el Rey de una nación? - pregunta
-¿ Cómo sabes que es rey de una nación? - pregunto
Ella mira hacia abajo, se muerde los labios, parece consternada.
- Yo también salí de ahí - responde
Volteo a verla, supongo que ha vivido lo mismo que yo, supongo que ha buscado una nueva vida.
- Entiendo, lo bueno es que estás viviendo algo nuevo y has encontrado a un hombre muy bueno
- Es difícil salir adelante - responde - Me enamoré de Gabriel - su mirada está perdida
No se que debería decir, en realidad creo que no estaba preparada para algo así.
- No comprendo como es que pudo haberse casado contigo y mucho menos como es que aún te ama
- En realidad yo tampoco lo se - respondo - no entiendo como es que él sigue buscándome
- Aún así fue muy valiente el salir de ahí, todas anhelábamos ir al castillo, creíamos que nos iría mejor ahí que en casa, las mujeres no éramos libres ahí, es extraño, jamás creí que me encontraría a una de las esposas del rey
- Ni yo las conozco, no hay retratos en el palacio - respondo
Voltea a verme extrañada
- Claro que las hay y todas son muy hermosas, la madre del Rey era preciosa, era... - se queda callada
- ¿Era? - pregunto
- Olvídalo, creo que ya entiendo todo, supongo que no es una coincidencia
- No comprendo - respondo
- No tienes que comprender algo en realidad Elizabeth, solo cuéntame lo que pasó hace un rato
- Vi a Úrsula y a Gabriel sosteniendo relaciones, fue algo incómodo, en realidad creo que me siento asqueada
Ella ríe.
- ¿Aún se acuestan? Supongo que son lo más estable que tienen
- Supongo - respondo
- Ella es muy apegada a él, pero en realidad no lo ama, en fin, creo que no deberíamos arruinar nuestra noche por ellos, salgamos a beber, no lo se, algo
Su cambio de humor no me convence del todo, pero aun así accedo a ir con ella, supongo que por ser menor de edad no me dejarán entrar a ningún bar, así que solo estaré en silencio.
Llegamos hasta una licorería, llega a la barra y comienza a pedir botellas, no conozco mucho de esto pero creo que plantea quedar en un coma etílico, me pide ayuda con una de las bolsas que ha pedido.
- Quiero hamburguesas, pizza, helado, snaks y ya veré que más
Tal vez aún no olvida a Gabriel, creo que se está refugiando en la bebida y en la comida, salimos de la licorería y tomamos un taxi, ella no dice nada, comienza a beber, este no es un comportamiento normal en ella, supongo que está pasando por una situación emocional destructiva.
El chofer nos deja en casa, ella sigue algo extraña, supongo que debo cuidarme de ella, le paga al chofer y entramos a casa, cierro la puerta y enseguida va a la cocina, prepara unas copas y regresa, me da una copa, destapa una de las botellas, se sirve un poco, es vino tinto, supongo que vamos a brindar o algo parecido.
En realidad no se acaba ni media botella antes de caer rendida, pero creo que es mejor así, no quiero que haga cosas de las que después pueda arrepentirse, se acomoda en el sofá, la cubro con una manta, es tarde y mañana debo estar con mis hijos.
ESTÁS LEYENDO
La Ultima Virgen
Teen FictionElizabeth es una chica que ha vivido por 15 años dentro de un bosque, su único pasatiempo es leer, su vida es apacible y tranquila, vive con su madre, hasta que una tragedia la lleva a conocer al Rey de su nación, un hombre despiadado y sin sentido...