30

3.4K 225 6
                                    

Gabriel.

He llegado de mi viaje, ha sido algo pesado, pero he regresado a casa,  pronto me encuentro con Úrsula y Darla, se encuentran en la terraza viendo algo o a alguien, me acerco a ellas para ver que es lo que ocurre en mi casa, pero lo que mis ojos ven es algo desagradable.

- Mírala tan fresca siendo feliz a lado de Dalí te he dicho que se han vuelto buenos amigos, tal vez son amantes, escuché que ayer ella fue a su cabaña y que tardó un tiempo ahí dentro

- Di lo que quieras ella es mía y esta mas que claro. Dalí no se metería con la mujer de su Rey 

- Ya te dijo Darla ahora te lo digo yo; yo que tú desconfiaba de esos dos es más quién te asegura que Elizabeth aun es virgen a lo mejor ya se entregó a el

- Eso no es así yo se quién es ella y sé quién es Dalí

- No lo se míralos

- No  me interesa lo que digas

- Bueno si es tuya como dices no le molestara estar contigo 


 - No pero aun no quiero tenerla de bajo de mi, aun quiero jugar con sus emociones

Elizabeth sigue a Dalí y lo abraza 

- ¿Lo ves? - dice Darla - entre ellos hay algo

Veo a Darla con desagrado

- Cierra la boca

- Tranquilo, me tienes a mí para saciarte

Elizabeth.

- Tranquilo Dalí se que esto pasara eres muy fuerte hermano - Le digo mientras lo abrazo - Ya se que es difícil pero ya debes hacer tu vida, ser feliz

Terminamos con el abrazo lo tomo de los hombros y lo miro.

- Si Elizabeth pero ya no se que hacer me es difícil no pensar en que pude haber sido feliz que pude ser un buen padre y esposo

- Mildred hizo mal y tal vez tenía miedo, además no es ningún secreto lo de su adicción 

- Fue una cobarde, le dije que saldríamos juntos de eso y ella ni quiso

- Todos lo somos y esa es nuestra cruz

- Elizabeth Amiel Reinhof ¿Qué haces aquí?  ya es tarde

- Mi Señor yo - no se por que estoy nerviosa como si hubiese hecho algo malo - ¿Qué pasa?

- Pasa que nos vamos

- No quiero irme - respondo

- Pero yo si quiero y debes obedecer 

- Señor - Dalí quiere intervenir

Gabriel ignora a Dali y me toma del brazo su agarre es muy fuerte

- Mi Señor me lastima

- No me importa

- ¿Por qué hace esto?

- ¿ Crees que una mujer casada debe estar ahí con la servidumbre coqueteando ?

- Yo no hacía eso además Dalí es mi... - me quedo callada - es alguien importante para mí

- Si lo sabia es tu amante su ellas tenían razón eres una...

- Ni se le ocurra completar esa frase

Entramos a la habitación desde que entramos lo veo distinto

- Bien Elizabeth ya llego el momento - Se acerca a mi y comienza a besarme con desesperación como si quisiera dejar algo en claro sus manos recorren mis piernas me siento incomoda y recuerdo lo de ayer.

- No  - Trato de empujarlo pero no lo muevo ni un milímetro -  No quiero


- Que lo sea ni significa que  pueda disponer de mi cuerpo y mucho menos de mi voluntad

Gabriel.

Después de las palabras que Elizabeth ha dicho las palabras de Úrsula y Darla resuenan en mi cabeza, me quedo callado ante lo que ella ha dicho y me alejo, su gesto se relaja.

- Esta bien ve a bañarte y después hablamos

Ella se ve agradecida, pero en realidad ya no sé como puedo seguir con esto, por un lado sé el daño que le causo y me gusta hacerlo, pero de pronto siento compasión por ella, es algo que no puedo explicar. 

Aún así los celos se han apoderado de mí y no puedo dejar que ella se siga viendo con Dalí, el debe ser eliminado.  Llamo a Carolina, ella tarda un poco pero llega.

- Dígale a Malco que lo necesito ahora

- Sí señor como usted ordene

Carolina se va y me siento el el sofá, me sirvo algo de whisky y espero.

- Señor Caro me dijo que me buscaba, estoy a su servicio

- Quiero que Dalí desaparezca no dejes ni un rastro de el

- Pero Señor

- Pero nada solo hazlo

- Como usted diga Mi señor 

Con esto espero que Elizabeth entienda que solo será para mí y que cualquiera que se aceque a ella morirá.

Elizabeth.

Salgo del baño Elizabeth, la habitación está vacía, sin rastro de Mi Señor , tal vez debería de dejar las consideraciones e intentar salir de aquí, tal vez tengo un futuro fuera de este lugar, solo que me da miedo el estar sola,  además no puedo dejar a mi hermano en este lugar, si salgo el vendrá conmigo. 


Gabriel

He venido al estudio, el tiempo ha pasado muy lento, me encuentro a la espera de noticias, pero nada, las palabras que Úrsula y Darla han dicho siguen en mi mente, si deseaban ponerme celoso lo han conseguido, me bebo otro trago,  tocan la puerta.

- Adelante

  - Señor ya esta hecho Dalí solo es un mal recuerdo

- Bien eso tendrá una recompensa ¿Cómo lo has eliminado?

- Una bala en la nuca para que cayera al río y fin ya no existe, no tiene que preocuparse por el de nuevo

- ¿Seguro que le has matado?

- Mas que seguro Mi señor 

- Bien, puedes retirarte

Malco sale de mi estudio, está a punto de cerrar la puerta pero aparece Darla, le sonríe y pasa.

 - Veo que te refugias aquí en el whisky ¿Puedo?- dijo tomando la botella de whisky

- Ya la tienes

- Gracias. Y como te decía espero que ya hayas hecho algo al respecto con tu esposa ya que es toda una ....

- ¿Puta?  ¿Eso es lo que ibas a decir?

- Si eso todas las de aquí  son así incluso pienso que es una mentira lo que te ha dicho ella no creo que aun sea virgen ya sabes ¿No?

- Sé a que te refieres pero quiero escucharte

- Lo juntos que estaban Dalí y ella, estaban muy cerca, demasiado

- Elizabeth es honesta, jamás dudaría de ella

- Pues yo no soy quien para juzgar ¿Verdad? Pero yo si que desconfiaría de esos dos además que Mili murió y pues Dalí debe sacar dinero

Me quedo callado, Dalí, crecí con el, era mi mano derecha, el no podría ser de esa manera, mi nana era su madre, ella lo educó bien ¿No? ¿Habré cometido un error?

La Ultima VirgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora