Puede que este cansada. Quizás algún día las piernas dejaran de fallar.
No se que me pasa, tampoco tengo la remota idea de que debo pensar, como actuar o simplemente como responder a las teorías indecisas que me propone la vida.
¿Tanto me puedo equivocar?
La sangre es fría, lo se porque la siento recorrer mis muñecas, haciendo la misma ruta que todos los días, aliviando el dolor y ocasionando nuevas heridas, otras marcas de las que no puedo presumir.
No veo, la oscuridad forma parte de mi mundo, de mi ida. Una vida sin luz, sin rastro alguno del corazón que me prometieron a partir de los nueve meses.
¿Quien sabe?
Puede que al final encontremos una versión diferente de vivir. Unos con esperanza y otros con eso, pensamientos suicidas.