Me susurrabas en el oído que llegaría muy lejos. Hasta donde yo quisiera.
Que no había límite. Ni ecuación. Que pudieran frenarme.
Me susurraste, con aliento tibio, que querías ir conmigo. A donde fuera. A donde yo quisiera.
Los pies andaban por si solos como si tuvieran vida propia.
Siempre tuve vértigo, pero asomarme a la ventana des de aquella altura, y contigo al lado, sólo me causó impresión.
Pase un pie por el alfeizar. Apoye la cabeza en el marco.Y empezamos a contar constelaciones. Me divertía ver como tus ojos brillaban al hablar de ellas. Te apasionaban los misterios que su luz apagaba.
Quizá fue el momento o el sentir tu presencia al lado una última vez. Dándome ánimo.
Salté.Y te volví a ver.
Allí. En la oscuridad. Esperándome.Ya voy papá