No tengas miedo a los huracanes, sino al desastre que dejan.
No tengas miedo a dormir, sino a no despertar.
No tengas miedo de perder, sino que no lo merezca una victoria.
No tengas miedo a llorar, sino a no poder eliminar con ello los recuerdos.
Y sobre todo.
No tengas miedo a nuestro amor, sino a perderlo.
No tengas miedo.