Ahora te entiendo.
Cuando decías aquello de "No te puedo prometer".
No querías hacerlo.
Porque sabías que esas promesas nunca iban a ser cumplidas.
Que ironia.
Yo riendome de la vida por ti. Y tú riéndote de ella por otra.
Y mi risa fue la última. Pero fue una risa amarga.
De las que vienen seguidas de lágrimas.
Ahora te entiendo.
Tu también lo sientes ¿Verdad?
Tenías razón, duele.
Así que lo siento. Te juzgué mal.
Te creí diferente.
Y eres igual a mi. Aunque me negaba a verlo.
Lo entiendo.
Ahora entiendo porque eres así.
Es tu forma de afrontar tanta mierda. Tando dolor.
Yo tengo la mía.