Enredada en tus sábanas.
Con el olor a nuevo de una lavadora a medio hacer.
El pan quemado después de tus distracciones.
Que consistían en hacerme reír y no parar hasta que doliera.
Dejando el desayuno a medias.
Déjame volver a perderme entre tus marcas.
A ver si la memoria no me falla.
Y siguen siendo ocho.
Ocho las ruinas en las que quiero construir una nueva vida.
Llevo puesta tu camisa de los martes.
La del blanco impoluto.
Que tanto odias que te robe. Porque es tu favorita.
Y ahora también la mía.
Tanto tiempo bailando al filo de tus labios.
Que ahora cualquier altura me provoca vértigo.
Por eso he dejado de subirme en la noria.
Y sigo buscando al culpable de mis miedos.
S
igo esperándote,
Aquí enredada entre tus sábanas. Con el olor a quemado del desayuno.
Una lavadora a medio a hacer. Dolor de estómago de una mañana de risas.
Y unas inmensas ganas de robarte la camisa.
Ya sabes dónde encontrarme.
