Voy a vivir. Ha sido cosa de un rato pero lo tengo claro.
Voy a disfrutar del sabor de la nocilla cuando se deshace en mi boca y no me sentiré culpable de ello.
Voy a sonreír. No me voy a preocupar por que alguien no me encuentre atractiva.
Voy a conjugar el verbo de la mejor manera, haciendolo realidad.
Voy a dejar que mis golosos ojos disfruten de todos los detalles.
Voy a oler las flores de todos los colores y formas.
Voy a caminar por sentirme libre.
Y voy a sentir.
Porque soy afortunada. Porque me dieron una vida. Porque para mi suerte sigo viviendo sin la necesidad de preocuparme de ir cada mes al hospital para pasar una quimioterapia.
Y por eso tengo que empezar a valorar las pequeñas cosas. Des de el olor del café recién echo hasta el sabor del agua salada del mar.
Y SI, voy a vivir por todos aquellos que no pueden. Las personas que ahora mismo se encuentran luchando. Esas personas más listas, valientes y fuertes que yo.
Aquellas que no le temen a nada y que son un libro abierto.
Aquellas a las cuales la vida les ha puesto una serie de duras pruebas que cumplirán.
Las que viven con máquinas, las que no ven, las que tienen un osterosarcoma en la pierna, las que les falta un brazo, las que tienen cáncer, las que respiran con un sólo pulmón.
Esas personas admirables.
Esas que son la pura definición de la palabra VIDA.
