Para el día en el que no puedas vivir sin él

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Quiero algo cómo lo que tenéis vosotros.
Porque sois puros. Sois bonitos.
Como un niño de tres años esperando con ilusión a Ratoncito Pérez.
Y os complementais a un nivel astronómico que asusta. De verdad.

Causais envidea.
Y no, no es de la sana pero tampoco de la que te encierra en un manicomnio con las paredes acolchadas.
Un paso vuestro y tiemblan todas aquellas constelaciones que giran a vuestro alrededor.

Asusta.
Ver tanto poder. Tanta magia. Fuego. O  cómo prefieras llamarlo.
Algo tan fuerte que asusta.

Y aquí estoy yo. Sentada. En una especie de bordillo improvisado y lleno de arena. Ensuciando uno de mis shorts favoritos.

Os tengo a menos de veinte pasos de mí. Y lo único que siento es vuestra propia fuerza gravitatoria. La que habéis creado juntos.

Os escucho hablar.
Y es tan bonito.
Tanto.

Que de verdad espero que nunca pierdas esto que habéis construido. Entre los dos.

Y aún arriesgandome a estar repitiendome todo el rato, a decir lo mismo en diferentes segundos.

Todo proviene del choque emocional y astronómico que creáis.

A menos de veinte pasos de mí.

De esta chica solitaria.

Y os llamo ciegos por no ver lo que yo veo.
Esa belleza de piedra preciosa.

Le acabas de coger a caballito. Y creo que es la imagen más bonita que he visto en mucho tiempo.

Hay que estar ciego para no ver tanta magia. Hay que estar ciego para no ver... amor.

Pero no el que te promete un príncipe azul después de recoger tu zapato de cristal. De ese amor que aún sin ser medianoche ya lo ha dado todo, hasta consumirse.
Y vuelve a empezar.
De eso va en realidad.

Él es una persona que te hace sentirte bien, juega con tu autoestima a una partida que sabe que puede ganar, espera a que caigas para levantarse contigo y te abraza por detrás antes de que ni siquiera te de tiempo a pronunciar "quiero estar sola". Te sientes protegida con él. Es tu refugio aún sin haber buscado uno. Pero esta ahí, justo cuando lo necesitas. Para ti. Y siempre va a estarlo.

Ella te hace cuestionarte todo. Absolutamente todo. Te confunde a maneras que nunca creiste que fueran a ser posibles y le da una nueva perspectiva a tu forma de pensar. Y eso te gusta, de hecho apostaría a que es lo que más te atrae de ella, esa capacidad de aparentar ser una chica dura y debajo de la carcasa una chica dulce, cariñosa y soñadora. Por la forma en que la miras se que estas enamorado de ella.

Y créeme, a veces, ella tiene dudas. No sabe bien como actuar, que hacer o si quiera cuál es el papel que debe seguir para "ser una buena novia". Pero es que nadie escribió aún ese manual. Y aún así, sigue intentándolo. Ser buena para ti, para que tú la merezcas. Como si hubiera la posibilidad de no estar a esa altura que ella se autoimpone. Por favor. Como si debiera seguir intentándolo.

Cuando el cometido ya está cumplido.
Des de hace tiempo.
Antes de que fuera medianoche.
Y de que la luna bajará el brillo para no apagar vuestra propia fuerza gravitatoria.

Y cuidado. Porque si miras muy de cerca. Te quedarás ciego. Y entonces te perderías una de las mejores vistas que he tenido en mi vida.

Verlos agarrados de la mano.

Lágrimas De LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora