Me llamo Melanie, tengo 15 años y dentro de nada cumpliré los 16. Tengo la tez blanca pero tampoco demasiada, el pelo castaño claro y largo, casi por la cintura. Mis ojos son de un color verde esmeralda, mido 1,65m, soy delgada y con curvas. Suelo llamar mucho la atención o eso me dicen mis amigas. Ahora, me acabo de levantar para dirigirme al Instituto.
Hoy, es el primer día de clases, voy a comenzar mi último año en la secundaria y estoy súper nerviosa porqué es el año decisivo, el año en el que tenemos que decidir ya que queremos hacer el año que viene, si empezar a trabajar, hacer un bachillerato o un ciclo. Yo, un bachillerato, lo tengo muy claro. Quiero dedicarme a la psicología.
Son las siete de la mañana y aún sigo en la cama después de que hayan pasado ya 15 minutos desde que sonó mi despertador. Oigo unos pasos provenientes del pasillo, debe de ser mi madre.
3, 2, 1...
-¡Melanie, levántate ya o vas a llegar tarde el primer día de clases!
Lo sabía.
-Ya voy mama. Estoy en ello.
-Más te vale, cariño. -ese tono que ha usado para decir cariño no me ha gustado mucho que digamos...
Después de esta cariñosa conversación, decido levantarme y dirigirme hacia el baño para ducharme no sin antes haber cogido unos tejanos azules ceñidos, un top blanco que deja ver la mitad de mi abdomen marcado y unas converse blancas.
Al acabar de ducharme, me dirijo hacia la cocina y veo mi desayuno ya listo encima de la mesa.
Mmm, tortitas y leche con cola-cao. ¡Me encanta!
-¡Buenos días! -le digo a mi madre muy emocionada.
-Vaya, veo que te has despertado feliz a pesar de que es el primer día de clases -dice sarcástica y yo río.
-Pues sí. Llevo todo el verano sin ver a mis amigas y estoy muy contenta por volver a verlas después de tanto tiempo. -le digo con una gran sonrisa mientras me terminaba el desayuno.
-Oh, cierto.
Grita.
Joder que puto susto coño. Casi me ahogo.
-¿Pero qué pasa mama? -le pregunto asustada.
-¿Has visto que hora es Melanie?, ¡solo te queda media hora para llegar al Instituto!
-Mierda, mierda, mierda. -digo acabando lo que me quedaba de desayuno y subo corriendo al lavabo para lavarme los dientes.
Después de diez minutos ya había terminado y ya estaba en la puerta lista y con la mochila en la espalda.
-¡Mama, me voy!
-Pásatelo muy bien. Sé que vas a ir a clases pero igualmente, pásatelo bien. -me dice mientras me da dos besos y un fuerte abrazo.
-Sí, eso haré. -digo riendo- Me voy, ¡te quiero!
-Y yo, y yo.
Me quedan diez minutos para llegar a clases, voy a tener que ponerme el turbo. Así que me pongo a correr y en dos minutos llego a la puerta y a lo lejos puedo ver a mis amigas esperándome. Sin pensármelo dos veces voy corriendo hacia ellas y les doy un fuerte abrazo a todas.
-¡Dios tías os he echado muchísimo de menos! -les digo después de abrazarlas.
-¡Y nosotras a ti! -dicen todas casi al unísono.
-Bua chicas, ¿quiénes creéis que serán nuestros profesores este año? -dice Lauren.
-Ni idea, solo espero que estén buenos, así, nos podremos entretener con su culo mientras den las clases. -joder, Dinah no ha cambiado para nada.
ESTÁS LEYENDO
La profesora de mis sueños.
RomanceCreía no saber lo que me pasaba o simplemente rechazaba esa absurda idea que habitaba en mi mente, pero todo lo absurdo se volvió común desde que te conocí. Derribaste mis muros y me enloqueciste hasta el punto de ser el pilar que sujeta esa poca co...