Pican a la puerta. Miro el reloj, es media noche, ¿quién debe ser a éstas horas?
—¡Mama!, ¿abres tú?
No obtengo respuesta. Pican otra vez.
Bajo las escaleras.
—¡Ahora abro! ¡Un momento!
No obtengo respuesta.
Miro por la cocina, no está. Miro en el comedor, tampoco. ¿Pero dónde se habrá metido? Da igual, habrá salido con alguna amiga o algo.
Me dirijo, al fin, a la puerta para abrirla después de tener a saber a quién esperando fuera.
Abro.
—Hola —dice.
—Ho-hola —¿pero qué?— ¿cómo sabe dónde vivo?
—Te dije que no me trataras de usted cuándo estuviéramos a solas. ¿O es que a caso crees que soy una anciana?
Sin dejarme responder me empuja dentro de casa y cierra la puerta tras ella. Estoy inmóvil, no sé que hacer. Una vez más, me ha dejado sin aliento. No entiendo nada, ¿qué hace ella aquí?
Agarra mi brazo y estira de él haciendo que la siga. Llegamos al sofá y para. Hace un movimiento, uno brusco, y me tira a él. Estoy tumbada en el sofá, completamente inmóvil ya que estoy en shock. ¿Por culpa de quién? Oh sí, de ella.
Sonríe.
Al hacer eso un escalofrío me recorre por todo el cuerpo. Esto es muy extraño.
Comienza a acercarse a mí muy lentamente haciéndome temblar. De ¿miedo? Tal vez.
Una vez está a centímetros de mí, se acerca a mi oído y con la voz ronca dice:
—Te deseo.
Acto seguido, muerde el lóbulo de mi oreja y un escalofrío recorre todo mi cuerpo desde la cabeza hasta los dedos de mis pies. Uh.
Dicho esto, comienza a ponerse encima mío muy lentamente. Una vez encima, posa su mirada en mis labios y comienza a acercarse a ellos. ¿Cómo? Muy lentamente. Cómo no.
Después de segundos que parecen eternos, sus labios y los míos se juntan en un apasionado beso el cuál siempre imaginé desde aquél momento en el que la vi entrar por la puerta el primer día de clases.
Su lengua pide acceso para entrar en mi boca para así, empezar una lucha con la mía. Yo, que tonta no soy, se lo permito. Abro mi boca dejando que su lengua entre dentro de ésta y nuestras lenguas empiezan una batalla que parece no tener fin. Por falta ya de oxígeno, nos separamos. Abro mis ojos lentamente para poder mirarla a los ojos y, ¿dónde está? ¿Qué hago en mi habitación? ¿Pero yo no estaba en el sofá con la mujer de mis sueños encima mío?
Oigo pasos en el pasillo y segundos después pican a la puerta de mi habitación.
—Melanie levantate ya que vas a llegar tarde a clases —dice mi madre.
No puede ser... ¡todo ha sido un sueño!
Un increíble pero extraño sueño.
Me levanto y me dirijo hacia el lavabo para ducharme. Me desnudo, entro dentro de la ducha y dejo que agua helada corra por mi cuerpo, la necesito, este sueño me ha dejado tonta.
Después de 15 min. salgo y me visto, falda negra y camiseta negra con tacones ¿cómo? negros también. Hoy me siento gótica, no se, me encanta el negro.
Bajo a la cocina me como la tostada y me bebo el zumo que hay encima de la mesa. Subo a por la mochila y vuelvo a bajar. Le doy un beso a mi madre en la mejilla, cojo las llaves y me dirijo hacia el insti.
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La profesora de mis sueños.
RomantizmCreía no saber lo que me pasaba o simplemente rechazaba esa absurda idea que habitaba en mi mente, pero todo lo absurdo se volvió común desde que te conocí. Derribaste mis muros y me enloqueciste hasta el punto de ser el pilar que sujeta esa poca co...