La profesora de mis sueños.

Capítulo 16

—Hola —digo al llegar a su lado.

—Vámonos. —dice con una sonrisa apartándose del coche.

Subimos al coche y empieza a conducir.

Ponemos la radio y estamos todo el trayecto en silencio. Uno que no resulta incómodo.

Veo que pasamos mi casa y después de una calle más para su coche delante de una casa parecida a la mía. Era cierto cuando dijo que le iba de camino.

Bajamos y cierra su coche con el mando. Nos dirigimos a la puerta de su casa. Saca las llaves y abre la puerta.

—Adelante. —dice extendiendo su brazo.

Entro y me quedo boquiabierta. Es enorme comparada con la mía. Tiene unas escaleras que supongo que llevan a las habitaciones. Un gran comedor con unas hermosas vistas gracias al ventanal.

La cocina es parecida a la mía; con barra americana.

Su casa es sencilla pero hermosa al mismo tiempo. Y muy grande para tan sólo una persona. O bueno, eso creo. Sinceramente no sé si vive sola o con alguien. No sé nada sobre su vida privada a parte de lo que me contó aquél día en el restaurante. Aunque espero, deseo, que no esté con nadie ya que eso me romperia el corazón. Es decir, ¿para que me pide salir si está con alguien? No tendría sentido. Al menos para mí.

Camino hacia un mueble en el que hay unas fotos en él. Cojo una de las fotos y puedo ver a una chica de mi edad que doy a entender que es ella, con una mujer y un hombre; mayores. Supongo que serán sus padres.

—Ellos son mis padres —dice acercándose a mi— y esa soy yo de adolescente —dice cogiendo la fotografía— hace muchos años de ésta foto. Me trae muchos recuerdos. —hace una leve sonrisa.

—Estás hermosa en la foto. —digo sin calcular lo que digo.

Sonríe —¿Insinuas que ahora no? —dice riendo.

—No, no. No quise decir eso. Quise decir que...

—Ya sé lo que quisiste decir, tranquila.

No estoy muy segura de ello...

—Bueno —dice— ¿quieres comer?

—Sí, por favor.

—Bien, ve a la mesa del comedor y espérame allí. Ahora voy con la comida.

—¿Le ayudo?

—No, no hace falta. —dice yendo hacia la cocina.

Me quedo mirando como va hacia la cocina hasta que reacciono y voy hacia la mesa del comedor y me siento.

Minutos después llega ella con un plato y me lo sirve. Va a la cocina de nuevo y vuelve con otro plato y lo pone en frente mío.

—¿Qué quieres de beber? —dice yendo a la cocina— ¿con o sin alcohol?

—Sin. No quiero emborracharme. —ríe.

—Está bien —dice trayendo dos copas en una mano y champán y Coca-Cola en la otra.

Deja una copa delante de mi plato y otra delante del suyo y las llena. Se sienta.

—Siento no haber hecho nada mejor.

—Oh no hay problema. Me encanta la lasaña. —sonrío y ella me devuelve la sonrisa.

—Bueno Melanie —dice mientras se mete un trozo de lasaña en la boca— cuéntame más sobre ti.

—¿Más? —digo terminando lo que tenia en la boca. Asiente mirando su plato de lasaña— buf, no tengo más que contar de mi vida. Tengo una vida muy común y sencilla...