Segunda parte: Capítulo 7

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Nos arreglamos como pudimos, me intenté peinar el pelo y ella también y nos recolocamos la ropa rápidamente.

-Ve al baño -me dijo en un susurro y yo asentí.

Fui hacia el baño y ella se fue al comedor. Estuve unos minutos sin hacer nada en el baño y después tiré de la cadena para simular que había ido y encendí el grifo simulando que me lavaba las manos y luego lo cerré. Después salí del baño y me dirigí con paso firme hacia el comedor, como si no hubiera pasado nada minutos antes.

La ida al baño me había servido para quitarme el calor interno que sentía. Al llegar al comedor los vi hablando y pararon en seco cuando me vieron. Ana me sonrió normal, fingiendo que no pasaba nada. Yo no tenía muy claro ni cómo seguir existiendo en esos momentos, me había quedado en blanco, me sentía guiada por sus impulsos y creo que era lo mejor, seguirla a ella y ver qué pasaba, nadie más que ella conocía a ese tío.

-¿Quién es, cariño? -preguntó él y yo solo intenté disimular el asco que sentía al escucharlo decir "cariño".

-Es la alumna de la que te hablé el otro día a la que le doy clases de repaso -contestó super calmada y segura de lo que decía. Yo simplemente existía delante de ellos, ni siquiera asentí, solo los miraba expectante.

-Ah, ¿y qué hacíais ahí?

-He ido al baño y ella me acompañó para enseñarme dónde estaba -solté rápidamente sonando lo más natural posible.

Pareció que coló porque asintió con la cabeza y se fue por el pasillo. Ana se acercó a mi y me susurró al oído:

- Nos ha venido de bien poco.

Yo me estremecí ante su susurro y cercanía.

-¿Te llevo a casa? -me dijo y yo no entendía cómo podía estar tranquila después de la adrenalina vivida momentos antes, realmente debía de confiar muchísimo en las pocas luces de su novio, porque si no no me lo explicaba.

-Como quieras.

Ella se fue a coger sus cosas y entonces el novio volvió a aparecer. Se acercó a mí y casi de la misma forma en la que ella me había hablado minutos antes casi rozando mi oído él hizo lo mismo, pero con él me produjo el mayor asco que podría haber sentido jamás, pero ese asco se convirtió en miedo tras sus palabras.

-¿Crees que no me he dado cuenta de cómo la miras? -me dijo y yo me quedé petrificada- Solo quiero que sepas que como se te ocurra acercarte a ella más allá de las clases que pueda darte... tendrás problemas. ¿Te ha quedado claro? -me miró a los ojos, amenazante.

-No tengo ninguna intención con ella, de eso puedes estar seguro, no sé de qué estas hablando -contesté enfadada, intentando sonar convincente.

-Yo solo digo, todo aquél que se acerca a ella tiene segundas intenciones.

-Eso es lo que tú crees, pero no es así -dije molesta.

-Lo que tú digas, solo no te acerques para nada más que los estudios y todo irá bien.

Me sentí super amenazada y acojonada realmente, solo podía verlo como un maldito celoso opresor. Ya no es que sintiera miedo por mí simplemente, sino que más bien sentía miedo por ella, esas actitudes eran las propias de una relación tóxica que si no cortaba ya iría a peor. Tuve miedo por ella y solo tenía en claro que debía decírselo.

Él se alejó de mí y se fue hacia la cocina. Entonces Ana apareció y yo cogí mis cosas.

-La voy a llevar a casa porque se está oscureciendo y no quiero que vaya sola -le dijo.

La profesora de mis sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora