5. Perdí mi vida.

6.6K 586 80
                                    

PERDÍ MI VIDA

Sebastian Stan.


—¡Maldita, maldita sea! —gritaste, mirando la pantalla de tu teléfono—. ¡No, no, no, no, no y no! ¡No, por el amor de Dios!

Oíste apresurados pasos provenientes del baño de su habitación. Segundos más tarde apareció un húmedo y muy agitado Sebastian, con una toalla blanca cubriéndole sus partes masculinas y prácticamente todo el cabello envuelto en espuma.

Algo muy dentro de ti te dijo que estaba tomando un baño.

—¿Qué ocurre? —preguntó él, preocupado. Miró a todos lados con una determinante atención—. ¿Qué pasa?

Elevaste el teléfono para que viera por qué gritabas.

—Perdí mi última vida.

Su mirada de incredulidad pasó del teléfono a ti y viceversa. Al final, cuando cayó un poco de espuma por su nariz, te fulminó con la mirada.

—Creí que era algo importante, como un ladrón —gruñó—. No vuelvas a asustarme así.

—¿Yo? ¿Qué hice? ¿Grité por ti? —sacudiste la cabeza con una inocente sonrisa—. No, no lo hice, cariño.

Volvió a gruñir y se dio la vuelta. Te levantaste de la cama de un salto e inmediatamente cuando le alcanzaste, le arrancaste la toalla de sus manos. Él te miró sorprendido, pero cuando vio que le sacaste unas dos fotografías, él se plantó ahí, sin vergüenza.

—Estaré decepcionado sino pones estas fotografías en el álbum familiar.

—Oh, no, estas son mías —te acercaste y lo besaste—. Y tú también lo eres.

Sonrió satisfecho. Te tomó en brazos y se encaminó al cuarto de baño, sin dejar de sonreírte como estúpido.

—Tú también eres mía. Y necesitas un baño.

Imaginas • Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora