CIRUELAS
Bucky Barnes.
—Gracias por venir —dijo Steve, abrazando a Vanessa cuando se topó con ella en la entrada—. No pude decirle que no sabiendo dónde... bueno, sabiendo cuál es su decisión.
Vanessa asintió con la cabeza, regalándole una sonrisa amable. Había recibido la llamada de Steve Rogers cuando sus vacaciones habían iniciado, sin preocupaciones y con tan solo su padre a su lado, al oír la petición que el capitán le pedía, tomó el primer avión a África. Después de despedir a todos los muchachos en Berlín, ella retornó a su vida en Rumania.
No supo de ellos en días, pero en cuanto su teléfono sonó con un número desconocido...
No pudo decirle que no a Steve al oír el nombre que hizo que su corazón latiera desbocado salir de sus labios.
—¿Tú estás bien?
La pregunta hizo que Steve bajara sus pestañas, cabeceando en una respuesta afirmativa. Vanessa apoyó una mano en su hombro y lo masajeó, dándole el apoyo que sabía que necesitaba.
—Estoy bien. Al menos, sé que no lo perderé de nuevo de la misma manera que pasó en el tren hace noventa años. Estará a salvo.
Unos pasos los interrumpieron, de la puerta blanca, salió un hombre guapo con un caminar tranquilo, altanero y orgulloso. No tenía pinta de arrogante, pero sí de alguien que tenía una gran sabiduría en su jovial cuerpo.
—Su Alteza —saludó Steve, aclarándole a Vanessa la duda de quién era—. Ella es Vanessa, la chica de la que hablamos.
Ella se sonrojó. ¿Habían hablado de ella?
—Señorita —saludó el hombre, con un acento hipnótico—. Un placer, soy el rey T'Challa.
La mujer calva detrás del hombre la miró con cautela, pero con un brillo excepcional en los ojos que decía: «si le haces algo, te lanzaré a la piscina de cocodrilos».
Tomó muy bien la amenaza silenciosa.
Vanessa sonrió enormemente al hombre y osciló su cabeza en una mini-reverencia. No era su rey, pero sabía también que debía guardar algo de respeto. Después de todo, estaba en Wakanda, su tierra.
—El placer es mío, Su Alteza.
No quiso estrechar su mano, pero él se la tendió de todos modos. Al parecer, él notó su nerviosismo y quiso romper los parámetros de la incomodidad.
—Si le soy sincero, no creí que fuera a venir. O si siquiera fuera real.
—Se lo dije —intervino Steve, posicionándose detrás de ella, algo así como su propia seguridad. La mujer que iba detrás de T'Challa ya había comenzado a pulir un arma justo frente a sus narices y no parecía querer calmarse—. Bucky no es un mentiroso ni tampoco nosotros. Vanessa es una persona de carne y hueso.
—Ya veo —le dedicó una sonrisa a Vanessa e inclinó su cabeza—. ¿Me sigue, señorita? El señor Barnes está esperando por usted.
Vanessa miró hacia atrás, donde Steve le incentivó a seguir al rey de Wakanda con una sonrisa. Luego miró a la mujer guardia y se estremeció. No obstante, ella soltó un suspiro y se conferenció a sí misma mentalmente palabras de aliento antes de echarse a andar detrás de T'Challa. Nadie los siguió, fueron solo ellos dos los que traspasaron las puertas grandes y blancas al final del pasillo.
ESTÁS LEYENDO
Imaginas • Sebastian Stan
FanfictionImaginas de Sebastian 'perrito rumano' Stan y tú-. → Si eres nueva, ¡bienvenida a los relatos de mi desordenada cabeza, espero que tengas buen viaje desde aquí hasta que te canses! Si ya habías pasado, pero no te has quedado y la curiosidad te mató...