NO CONTIGO, TATUAJES
Sebastian Stan.
Sara y Sebastian se miraron detenidamente.
Ella lo recordaba. Él también a ella.
De la escuela, habían salido juntos, pero todo parecía haberse ido por la borda cuando él se alejó por su carrera de actor. Y a Sara le pasó igual. Siguiendo las mismas carreras, ellos habían tenido tiempo para la nada misma.
—¿Qué haces aquí? —preguntó él, frunciendo el ceño.
—Yo... me uní al reparto hace un par de días.
Sebastian frunció más el entrecejo, dio media vuelta, sin molestarse en decirle nada más y se sentó en la esquina de la mesa, donde algunos actores también estaban aguardando al director para empezar a leer el guion.
—Hola —saludó Sara a Stephen James, que tenía una ligera aparición en una escena junto a ella—. ¿Nervioso por salir en la pantalla grande?
El modelo suspiró contrariado.
—Ahora no tengo nervios, aguarda a que me pongan una cámara en frente... seré un manojo de nervios.
—Pero no creo que sea para tanto. Eres modelo, deberías estar un tantito acostumbrado, ¿verdad?
—Modelar no es actuar. En el modelaje tengo que ser yo, sensual y ni siquiera hablo. Ahora que actuaré, tendré que fingir y... bueno, no quiero hacer el ridículo.
Sara rió en voz alta.
—No lo harás —le tocó el hombro para alentarlo—. Piensa que están todos desnudos.
—¿Eso ayuda?
—No.
Ahora ambos rieron fuertemente. Aunque las sonrisas se borraron de ambos rostros cuando un cuerpo se interpuso entre ambos. Una silla se unió a ellos. Sebastian se posó junto a Stephen y Sara, mirando al modelo con una expresión de pocos amigos.
—¿Algún problema con ella?
Sara bufó.
—Déjalo estar, Sebastian. ¿Qué haces aquí?
Sebastian no apartó la mirada fulminante de Stephen. Parecía que en cualquier momento lo mordería cual perro.
—Tan solo quise hablar contigo —admitió, girándose a verla—. Quería recordarte lo bien que la pasamos en la escuela. Éramos como uña y carne.
—Querrás decir pezuña y mugre.
—¿Y quién sería la mugre? —alzó una ceja con curiosidad. Sara lo miró mal. Sebastian se encogió de hombros—, espero ser yo la pezuña. No me van los colores verdes.
Stephen rió, aunque se ganó otra mirada asesina por parte de Sebastian, como si su intención no hubiera sido hacerlo reír en absoluto y, por cómo iban las cosas, ese debía ser exactamente su intención.
—¿Nos disculpas, Stephen? Tenemos que hablar.
—Sí —dijo Sebastian, levantándose junto a ella. Le sonrió victoriosamente a Stephen mientras caminaba detrás de ella—. Yo y ella. A solas. No contigo, tatuajes. Únicamente el sabroso y apetecible cuerpo. Ah, y Sara. No tú. Repito. Sin ti.
Stephen hizo un gesto de despedida militar con una sonrisa en el rostro. Sara tomó a Sebastian del brazo y, cuando estuvieron en el pasillo, lo acorraló contra sus brazos. Aunque Sebastian tenía otros planes y la giró, manteniéndola a ella contra sus brazos. Ambos se acercaron al otro y, sin saber por qué, se besaron. Así sin más.
El beso fue exigente, ferviente y necesitado. Fue como el oasis en el desierto, incapaz de anhelar otro elixir más exquisito. Ellos se engulleron en el otro como si la vida dependiera de ello.
—¿Fueron celos los de allá dentro? —preguntó Sara cuando se separaron.
—No, esos eran actores, dulzura. No confundas. —y continuó con el beso.
Sin aire ellos se apartaron.
—Siéntate conmigo. —jadeó él.
—Tú corriste tu maldita silla junto a la mía.
—Hablo conmigo. En mi regazo.
—No soy un bebé. Mi culo ya es demasiado adulto como para sentarse en tus rodillas. No me siento en las rodillas de alguien desde que usaba pañales y aún no tenía el vocabulario suficiente para insultar a mis padres.
—Te daré palmadas por chica mala.
Sara rió y tiró de su cuello, hasta rosar sus labios.
—Te odio.
—Yo también te quiero.
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Aers, cuidado que me da una crisis existencial. No sé cómo empezar, pero ya empecé así que bue...
El domingo no voy a estar porque son fiestas patrias aquí en Chile y me voy a contar vacas y montar caballos al campo. Jajajaajajaja... hablo en serio ._., voy a ir a ordeñar vacas, comer como chancha y después andar llorando por no hacer dieta. Mi lema siempre será: ¡Por un verano con chaqueta!
XD
Bueno, trataré subir todo lo que iba a subir el domingo entre hoy y mañana, trataré, porque tengo que ir a hacer empanadas con mi abuela xdddddddd. Ya, *no cuentes tu vida, hueona, que se aburren*.
Eso. El smut creo que llegará mañana, si es que no me muero primero por comer tanta empaná y tanta chicha y carne y.... *babea*... :v
Espero que pasen bonitas fiestas, se lo digo de antemano, y...
Tiki-Tiki-Tí.
Bye. Bye.
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Imaginas • Sebastian Stan
FanficImaginas de Sebastian 'perrito rumano' Stan y tú-. → Si eres nueva, ¡bienvenida a los relatos de mi desordenada cabeza, espero que tengas buen viaje desde aquí hasta que te canses! Si ya habías pasado, pero no te has quedado y la curiosidad te mató...