CONCURSO DE CANTO
Bucky Barnes.
Bucky y tú estaban sentados en el sofá de la base, viendo una maratón de adaptaciones cinematográficas. Habían pasado de Los Juegos del Hambre a Divergente, pero él seguía quejándose de que era ridículo que la tierra pasara por tiempos así.
—Ya me aburrí —dijiste, apagando la tv cuando él se quejó por enésima vez—. Hagamos algo más interesante, los demás no volverán en quizá qué tiempo lejano.
—Esta noche.
—¡Es muuuucho tiempo! —lloriqueaste, lanzándole el control remoto a la cabeza. Brincó asombrado, pero te fulminó con la mirada cuando sonreíste—. Diría upsi, pero lo hice apropósito y ni esperes una disculpa.
—¿Por qué lo lanzaste?
—¡Ya sé qué hacer! —chillaste emocionada, ignorándolo—. ¡Un concurso de canto!
—¿Un qué?
—Un concurso de canto, donde competimos con canciones. Nada de armas ni de ataques físicos, sólo nuestras maravillosas voces contra la otra —no parecía convencido, inmediatamente dijiste—: Nadie nos verá, nadie además de nosotros lo sabremos —te acercaste a él con lo que se catalogaría como picardía—. Será nuestro secreto.
—Algo me dice que no será divertido para mí.
¡Lo hará, realmente lo hará!
A veces te encantaba que fueras su favorita, él te dijo que haría lo que sea por ti. Ahogaste una sonrisa. Por ti inclusive haría esto, un concurso de canto. Vale, vale, no había que emocionarse, él aún no aceptaba vocalmente, debía dar el consentimiento válido.
—Será sencillo —lo animaste—, yo comenzaré, para darte una idea de qué hacer, ¿de acuerdo?
Tomaste sus manos y lo levantaste del sofá. Con su ayuda, se movió, porque ni en un millón de años tú conseguirías mover tal enorme mastodonte de músculos. Te subiste tus pantalones –que se caían– y tomaste el control remoto de sus manos, encendiste la televisión y pusiste la opción de karaoke que Tony había puesto ahora último en las actualizaciones.
—Bucky, cielo, ¿podrías traer el micrófono? Están en los estantes del armario de limpieza, no preguntes cómo llegó ahí, no preguntes si quiera cómo yo sé que está ahí.
Él asintió rígidamente y se encaminó allá, para cuando volvió, ya había armado el trípode y todo estaba listo.
—¿Estás segura de esto? Aún podemos seguir viendo Peter Pan...
Le diste play. La primera canción fue Do you wanna touch me de Joan Jett & The Blackhearts.
—¡Uh! —gritaste, bajando las luces de la sala para que diera un aspecto de disco—, ¡un clásico!
Y no diste más dictadura, comenzaste con la canción.
We've been here too long tryin' to get along
Pretendin' that you're oh, so shy
I'm a natural ma'am doin' all I can
My temperature is runnin' high
Cry at night no one in sight

ESTÁS LEYENDO
Imaginas • Sebastian Stan
FanfictionImaginas de Sebastian 'perrito rumano' Stan y tú-. → Si eres nueva, ¡bienvenida a los relatos de mi desordenada cabeza, espero que tengas buen viaje desde aquí hasta que te canses! Si ya habías pasado, pero no te has quedado y la curiosidad te mató...