10. Wizard World, Philadelphia.

6.1K 456 74
                                    

WIZARD WORLD, PHILADELPHIA

Sebastian Stan.


Sebastian estaba firmando autógrafos en la Wizard World en Philadelphia, podías verlo desde tu sitio mientras jugueteabas con tu teléfono. Él sonreía con adoración, reía a carcajadas, conversaba y confortaba a mujeres que lloraban nada más verlo. Te parecía adorable.

Pero de todas formas tenías la antena de emergencia encendida ante cualquier toque demasiado cariñoso por parte de sus fans. Eras su novia desde hace dos años, cuidabas lo que era tuyo. Y él en definitiva era tuyo. Tooodo tuyo.

Después de un rato, te levantaste y caminaste hacia él. Te paraste junto a la chica que estaba pasándole los lápices con los cuales escribía y miraste como el firmaba un autógrafo personalizado. La chica se lo pidió sonriendo demasiado nerviosa, aún sonreía como una idiota y recordaste cuando tú lo hacías antes de conocerlo.

—¿Por qué dice Meme Lord? —preguntaste, pero cuando la chica te iba a responder, se te prendió el foco—. Oh, está bien, ya lo tengo.

—¿Por qué todos saben qué significa menos yo? —preguntó Sebastian, sonando triste, inclusive hizo un puchero cuando las chicas rieron divertidas.

—Oh, nada, cariño —le frotaste la espalda—. Cosas de fans modernos. Tú no eres el que pasa todo el día viendo memes, soy yo. Y hay unos muy buenos.

Alzó la mirada, te miró y te sonrió, algo le pareció gracioso de ti y te contagió la sonrisa.

—Le prestas más atención al teléfono que a mí. —admitió.

—Eso es mentira. Siempre estoy pendiente de ti... sólo para crear un nuevo meme. Soy una caza meme furtiva.

Gruñó con una falsa frustración murmurando «¿qué demonios es un meme?» y atendió al llamado de una fan que le pidió que sonriera para la cámara de su teléfono. Él estiró un brazo hacia su costado y te tiró junto a él, abrazándote por la cintura.

—Di «hola», (t/n).

Sonreíste realmente divertida por su emoción. La chica rubia por poco no hiperventila, se llevó la mano al pecho y aferró su collar de oro con todas sus fuerzas.

—Es genial conocerlos, soy muy fan de ambos. Me gustan tus canciones, (t/n). Soy muy fan de ellas, espero que continúes así. Mis amigas y yo amamos tu música con toda el alma.

—Ay —te conmoviste—. Gracias. Si mi padre te oyera, lo callarías, él siempre decía que cantaba eructando.

Señaló una caja que Sebastian estaba firmando con su nombre.

—¿Podrías... firmarlo también? 

—Claro —tomaste la caja negra cuando él terminó, le robaste el Sharpie a Sebastian de las manos, él refunfuñó, pero ni siquiera lo notaste. Firmaste con tu nombre y una pequeña dedicatoria sobre que era ilegal firmar autógrafos en el cubículo de tu novio—. Ahí tienes.

La chica chilló emocionada y alzó su teléfono con la cámara apuntándolos a ti y a Sebastian.

—¿Pueden decir ambos «hola, Jee»? Es para mi amiga que vive en Alemania, no pudo venir hoy, ella te ama.

—¿Se lo dices a él o a mí?

—Claro que a mí —dijo Sebastian, concentrado en su firma—. Soy más caliente que tú.

—A ambos —dijo la chica inmediatamente—, es fan de ambos. Su nombre es Jee —deletreó el nombre—. J-e-e.

Sebastian alzó la mirada a la cámara cuando le pellizcaste el trasero para llamar su atención.

—Hola, Jee. —dijeron al unísono.

Después de eso, Sebastian le sonrió encantadoramente a la rubia, consiguiendo que la chica riera nerviosamente. Sin que ella se diera cuenta, tú le golpeaste el abdomen a tu novio, consiguiendo que se torciera dolorosamente.

Auch. ¿Qué?

—Será mejor que le estés sonriendo al póster de Chris Evans, no a la chica. Ahora, firma, firma, firma.




El camarógrafo te miró durante unos largos segundos. Era afroamericano y tenía unos ojos adormilados. Te empezó a incomodar que no apartara sus ojos.

—¿Te puedo ayudar? —preguntaste, algo mosqueada.

—¿Eres de casualidad (t/n), la cantante esa que... sale en ese programa? ¿El de las sillas giratorias y rojas que tiene un botón para girar y así elegir al cantante que te gusta?

—Uh, ¿sí? ¿Te refieres a The Voice? —asentiste—. Sí, soy jueza allí junto a Adam Levine y Blake Shelton.

—¿Y qué haces aquí?

Señalaste donde Sebastian y Chris estaban de pie, saludando a un nuevo par de fans demasiado abrumados por tenerlos cerca.

—Él es mi novio.

—Qué cosas —dijo el camarógrafo, asombrado—. Es genial. ¿Te molestaría darme un autógrafo y sacarte una foto conmigo? Mis hijas te adoran.

—¡Oiga! —gritó Sebastian de repente, su tono sonó molesto—. ¡Deje de coquetear con mi chica y presione el botón! ¡Hay casi cien personas esperando!

—¡No seas molesto! —le gritaste de vuelta, firmando la gorra que el hombre te dio para firmar—. Está intentando hablar conmigo, ya que ambos estamos aburridos aquí. Tenemos cosas en común, déjame hacer amigos.

—Ven a desaburrirte con nosotros —invitó Chris, señalando el suelo que pisaba—. Sácate unas fotos con nosotros.

Alzaste una ceja con incredulidad.

—¿Hablas en serio?

—Sí, apresúrate. Vamos, vamos, ¡es para hoy, (t/n)!

—Yo no diré nada. —dijo el camarógrafo, indicándote que se sumaras a la escena.

Te levantaste y fuiste a sacarte una fotografía entre dos fans, sonriéndoles. El camarógrafo aprovechó un momento en que ningún otro fan pasó para correr a sacarse una foto con ustedes tres. Dijo «queso» antes de recordar que no había activado el temporizador.

Medida que pasaban los fanáticos, más gritaban porque te encontrabas entre medio. Encontrarte ahí fue como un comodín o ese regalo que sale en el cereal. Se sorprendían de verte.

—No fue tan malo, ¿verdad?

Sebastian te pasó el brazo por sobre los hombros y besó tus cabellos, caminando a la habitación donde lo iban a arreglar para la entrevista. Anthony Mackie ya estaba ahí, así como Chris Evans.

—Sí, ahora me aburriré una hora y media más. ¿Me dejas tu teléfono? Buscaré más memes.

—Sube con nosotros.

—Ni muerta. Yo no aparezco en la película. Iría solo a fulminar con la mirada a las chicas que miren demasiado a Sebastian.

—Ya seríamos dos. —dijo Anthony, moviéndole las cejas a Sebastian.

—¡Cuidado! —le gritaste.

—¡Vamos, (t/n)!

Suspiraste y terminaste por acceder. Durante todo el día estuviste con ellos en la Wizard World y, sin querer admitirlo en voz alta, te divertiste como nunca. Quizá pruebes ser actora a futuro.




...


Imaginas • Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora