Prólogo

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ACTUALMENTE

Bruce estaba conmocionado. No sabía qué sentir. Estaba aliviado por saber que ella estaba con vida, pero al mismo tiempo sentía mucho enojo tanto con ella como consigo mismo.

Varios pensamientos le estaban molestando. El más prominente de ellos era ¿por qué?

¿Por qué no me lo dijo? ¿Por qué ha vuelto? ¿Por qué no lo supe antes? ¿Por qué me pasó esto?

Justo cuando todo comenzaba a marchar bien para Bruce, ella apareció para conquistar sus pensamientos una vez más.

Él no quería respuestas, sino que las necesitaba.

¿Acaso está atormentándome? Pero... ¿por qué lo haría? Yo la amaba con mi vida y ella decidió dejarme. ¿Por qué me está haciendo esto?

Cuando alguien la mencionaba últimamente ya no le afectaba. En otras palabras, la estaba superando a su manera y a su tiempo.

Por lo visto ella no quería que la olvide.

—¡Es eso lo que buscas! —gritó mirando al cielo. Las personas que pasaban a su alrededor lo miraron con preocupación. Bruce no veía caras conocidas entre ellos, pero estaba casi seguro que una de las razones de su expresión era que él no estaba de lo más presentable. Su cabello estaba todo desordenado por haberse desvelado varios días y su ropa tenía un olor nauseabundo a alcohol. Era bastante evidente que él no estaba bien.

No puedo permitírselo. No justo ahora, que estaba empezando a encontrar paz.
No ahora, que estoy olvidándola; engañándome para pensar que ella en verdad nunca existió.
No ahora, que encontré una nueva razón para vivir.

—¡No ahora! —gritó mirando la casa donde ella se está hospedando. Él quería que ella escuchara su voz. Quería dejar muy en claro que no estaba nada feliz de que ella haya jugado con sus sentimientos de esa manera.

Que te secuestren y finjan tu muerte es una cosa. Que ella haya decidido vivir con esa coartada y no haya hecho nada para informar a Bruce de que se encontraba con vida es otra. Notoriamente, él no estaba de acuerdo con el que ella haya hecho práctica de esta última.

¡No puede ser verdad! Esto es algo sin sentido, algo completamente irreal.
Lo que está pasando va en contra de toda lógica existente.

Lógica. Esa palabra describía a Bruce por completo. Ella siempre se lo decía.

Pero...¿Por qué está pasando esto? Ella no era mala o por lo menos eso es lo que creo de lo poco de su personalidad que puedo recordar.

Ella.

Ella, la chica cuyo nombre Bruce no quería recordar y con quien Bruce pasó los momentos más bellos de su vida. Ella, la chica con quien Bruce logró sentir lo que nunca se habría imaginado: felicidad.

Recordarla para él era un martirio, pues, cada vez que lo hacía, sentía calidez y, a la vez, desesperación.

¿Cómo podría no sentir ambas cosas cuando ella fue lo más feliz y más triste en su vida?

Ella, la chica cuyo nombre fue difícil de borrar de su cabeza.

Sea día o noche, Bruce soñaba con ella los primeros años tras su desaparición. Quería, pero no quería borrarla de su memoria. Ya sea en sueños o cuando estaba distraído, su nombre lo perseguía y su recuerdo también.

Aún recordaba el sentimiento y la emoción que sintió cuando pronunció su nombre por primera vez.

El movimiento de sus labios era lo más perfecto que alguna vez había visto. Ella era hermosa y que lo dejara fue lo más doloroso que alguna vez pudo sentir. Ese dolor consumió todas las cosas buenas que alguna vez había sentido por ella. Su amor se volvió odio; se volvió rencor; se volvió desprecio.

Ella sabía cuánto él la amaba y, aunque Bruce sabía que no era su culpa el que se fuera, él sentía que ella fue la que decidió marcharse, ya que no luchó para quedarse.

El día que sucedió todo... el día que ella se marchó... una parte de su alma murió.

Fue en ese preciso momento donde Bruce empezó a dudar sobre el amor que ella juraba tener por él. Por ello, decidió que lo mejor sería olvidarla; pues no merecía su preocupación y mucho menos su tiempo.

Para lograr borrarla de su vida, Bruce decidió empezar de nuevo. Sin embargo, nunca volvió a ser el mismo.

Ella lo había hecho creer que la felicidad era para todos, pero el hecho de que ella desapareciera le hizo sentir que todo era una mentira. Él no merecía ser feliz, ya que el tratar de serlo había ocasionado todo esto. Ella le había dado falsas ilusiones.

Jugó conmigo todo ese tiempo y no le pareció suficiente así que ha vuelto por más.

Ella es la culpable.
Ella es la causante.
Ella decidió morir y dejarme.
Ella
.

De forma abrupta, ella abrió la puerta sacando a Bruce de sus pensamientos. Ella se acercó a él con una expresión de preocupación y miedo de verlo en un estado tan deplorable.

Bruce se acercó con brusquedad. No estaba totalmente sobrio, ya que de haberlo estado no estaría dispuesto a verla en primer lugar.

Ella lo miró directamente a los ojos. Felizmente Bruce estaba ebrio, de lo contrario su mirada le hubiera hecho afectado más de lo que lo estaba haciendo ahora.

Tenía la respiración agitada y estaba seguro de que ella lo notaba, pero no le importaba. Decidió preguntar lo que más le estaba carcomiendo por dentro. —Dime —Bruce hizo una cara de dolor como si hablar le estuviera haciendo daño—. ¿Por qué decidiste irte?


Cuando ella decidió irse [COMPLETA-EN EDICIÓN] - 1ER LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora