Capítulo 35

200 28 5
                                    

Bruce

Hace 3 años

Mi vida tomó sentido poco a poco. Me sentía renovado y desestresado, pero aún así no sentía que podría volver a ser feliz.

Esa paz que te da la felicidad es realmente increíble. Te nubla de cualquier pensamiento negativo y simplemente te sientes volar, como si todo fuera un sueño.

Tatiana todo el tiempo estuvo a mi lado y gracias a ella empecé a tener nuevas metas. Quería sanarme totalmente para así poder hacer algo.

Quiero adoptar a una niña con problemas y ayudarla a salir adelante.

Creo que tener a alguien pasando por situaciones difíciles en mi camino, hará que me preocupe mucho más por esa persona que por mí. Sería una buena y productiva forma de no pensar en mí.

Muy aparte de eso, yo siempre he deseado un hijo. Pensaba que sería con mi ex-prometida, pero ya veo que todo fue una ilusión tonta.

—¿Estás seguro que quieres eso? —me preguntó Tatiana sorprendida al escuchar mi idea de adoptar.

—Sí, lo estoy.

—Suenas tan decidido... ¿Se lo has comentado a tu doctor?

—Tati, no tengo por qué pedirle permiso.

—¡Claro que debes! ¡Aún debes recuperarte!

—¡Lo sé! Y lo haré, te lo prometo. Pero quiero ir llenando algunos papeles mientras hago eso.

—Se te ha recomendado estar relajado.

—¡¿Estar relajado?! JA. ¡Pero si yo no hago nada! Tati, ¡tú eres la que me estás manteniendo! ¿Sabes la vergüenza que eso me ocasiona?

Ella asintió en silencio. En este último año, nos hemos vuelto muy cercanos. Sé cuando un tema de conversación le incomoda totalmente y este es uno de ellos.

—Lo siento. No tocaré esos temas; sé que haces eso por ella, pero tú no puedes estar metiéndote tanto en mi vida. Yo no me meto en tu relación.

Ella se rió. —Sí. Tienes razón.

—Por cierto, ¿cómo siguen?

—Bien. Hemos superado bastantes cosas. No creo que haya cosas que nos puedan arruinar por ahora.

—Perfecto. Porque ustedes se encargarán de mi hija cuando tenga cosas que hacer.

—¡¿Qué?!

La expresión en su cara se veía tan rara que originó risa en mí.

—Ay. Creo que tú no quieres tener hijos —dije entre risas.

—¡Exacto! ¿Te imaginas que me ponga toda flofa? De pequeña lo era y eso fue suficiente para traumarme.

—¿Flofa?

—Sí. Es cuando un persona se vuelve esponjosa por los rollitos.

—Eres una exagerada. Además la mayoría de gordas son bonitas.

—¡¿Oye qué?! ¿Estás que hablas de belleza? ¡Oh por dios, eso solo puede significar que te gusta alguien!

—No, Tati. Aún no estoy preparado para eso.

—¡Pero sería increíble para ti! Tú mereces ser fe-

—¡No digas esa palabra! —la interrumpí. Ella sabía como ese sentimiento me había destruido.

—Lo siento. -Ella se levantó del sillón que estaba frente al mío. —Bueno, será mejor que me vaya antes de que diga algo que esté de más. Hoy día estoy algo descuidada.

Cuando ella decidió irse [COMPLETA-EN EDICIÓN] - 1ER LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora