Capítulo 37

203 26 12
                                    

"Ella"  

Hace 2 años

Apenas Jhon cerró la puerta de la mansión, ya no me aguanté más.

—¡ERES UN ODIOSO! ¡NO PUEDO CREER QUE LO HICISTE!

—Lo hice por nosotros. Debíamos estar juntos para toda la eternidad, mi reina.

—¡CALLATE! ¡NO ME DIGAS ASÍ QUE NO SOY NADA TUYO!

—Claro que lo eres. Aceptaste-

—¡SÍ! ¡LO ACEPTÉ, LO ADMITO! PERO NO PORQUE QUISIERA. ¡TÚ ME PUSISTE ALREDEDOR DE 100 PERSONAS! ¡SABÍAS LO DE MI PÁNICO A LAS MULTITUDES!

—Tenía que hacerlo, no hubieras aceptado de otra forma.

—¡CLARO QUE SÍ! ¡LO HUBIERA ACEPTADO PORQUE NO TENGO OPCIÓN! ¡¿POR QUÉ ERES ASÍ CONMIGO?! ¡ESTOY QUE HAGO TODO LO QUE ME PIDES!

—Amor, cálmate. Estar juntos es lo mejor, ya lo verás. Las cosas mejorarán ahora.

—¡NO MEJORARÁN! ¿QUIÉN TE HAS CREÍDO? ¡¿Y POR QUÉ ESTÁS TAN CALMADO?! ¡ODIO SER LA ÚNICA QUE PELEA AQUÍ!

—Pero si tú empezast- -Los llantos de la bebé interrumpieron a Jhon. La habíamos despertado. —¡¿Ves?! Ya despertaste a la bebé.

—AH. ESO YA LO SÉ. ¿NO ES OBVIO?

—Creí que necesitaba recordártelo.

Le di una sonrisa hipócrita y subí las escaleras a toda prisa. Al llegar a la habitación, me acerqué a su cuna y la cargué entre mis manos.

—¿Qué pasa mi nena? ¿Te levanté? -La acerqué a mi pecho y acaricié su cabeza calmándola. —Lo siento tanto —susurré—. Yo no quise esto para ti, pero tampoco podía dejarte morir. No me lo hubiera perdonado.

—¿Ya la dormiste? —preguntó Jhon. Acababa de llegar a la habitación.

—No —respondí de mala gana.

—Ya que seremos esposos, te puedo ayudar —estiró su brazo en dirección a mi niña.

—NO. No la toques.

—Ay por favor. No seas ridícula. Pronto ella crecerá y me tendrá que decir papá.

—No, ella no hará eso. -Pegué más a Paula a mi pecho. No dejaré que te haga daño, mi niña.

—Venga, dámela.

—Déjala en paz.

—¡He dicho que me la des!

—¡Que NO! -Podía sentir como mi hija se estremecía en mis brazos cada vez que yo gritaba, pero tenía que luchar por ella. Sé que si ella supiera la razón, me entendería. —He dicho que voy a firmar los papeles, ¿para qué la quieres?

—La niña merece tener un padre, ¿no lo crees?

Lo miré con furia. Parecía como si estuviera tentándome.

—Déjanos salir de la habitación, Jhon.

—¿Por qué debería? —la comisura derecha de su labio se alzo.

No tenía escapatoria. No estaba preparada para luchar ahora. Solo quedaba mi último recurso y eso era darle lo que siempre había él deseado.

Lentamente dejé a mi niña en su cuna. Perdón amor, pero esto es necesario. Recuerda siempre que al único que ame siempre es a tu padre. Paula me miraba con ojos temerosos, quería calmarla pero no podía esperar más. Debía actuar rápido. Voltié a ver a Jhon a la cara.

Cuando ella decidió irse [COMPLETA-EN EDICIÓN] - 1ER LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora