Capítulo 53

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"Ella"

Piensa, piensa, piensa.

Tanto hoy como las fechas anteriores me había dedicado fielmente a pensar. Pasaba mis días sentada en la mesa de la sala, con mis codos sobre esta y mi cabeza apoyada en mis manos.

Piensa, piensa, piensa.

¿Qué era lo que debía hacer para que Paula acepte a Bruce? ¿Qué era lo que tenía que contarle para que la historia tenga sentido pero al mismo tiempo no la lastime de ninguna manera? ¿Existía forma alguna que la abstenga del sufrimiento que mi pasado me hizo sentir? ¿Alguna verdad indolora?

Muy poco probable.

Piensa, piensa, piensa.

¿Debería pedir ayuda a un psicólogo? ¿Debería mi hija ir a uno o tal vez yo? Quizás las dos podríamos ir con Bruce como en esas consultas de las películas en donde van toda la familia para entender los problemas del otro y por último poder coexistir en paz y armonía. ¿Sería esa una buena opción?

Piensa, piensa, piensa.

—¡Hey!

—Dime —dije dando un pequeño brinco del susto. No esperaba que Darren aparezca.

—Estoy llamándote desde un buen rato. ¿En qué estás pensando? -Él se acercó a la mesa y colocó una silla al costado de la mía. —Pareces demente murmurando "Piensa, piensa, piensa" cada quince segundos.

—Oh. Lo siento, no me había percatado.

—¿Ya me dirás que es lo que te está perturbando? Me dijiste que necesitabas tiempo para contarme pero ya ha pasado una semana y sigues en este estado-

—Bruce sabe que Paula es su hija —lo interrumpí—. Y aceptó hacerse cargo.

—¡Eso es magnífico! —gritó con emoción—. Pero... no entiendo por qué estás así. Esto es lo que habías soñado desde hace mucho. ¿Qué pasó?

—¿Cómo se supone que debo decirle a Paula?

—Solo debes explicarle lo que pasó.

—¿Pero cómo? Es una niña. Va a sufrir mucho.

—Es algo que no puedes evitar. Además ella es una de las niñas más inteligentes que he conocido en mi vida. Lo superará.

—Pero yo quiero evitárselo.

—No seas sobreprotectora. Eso no le hace bien a ninguna de las dos.

—Lo sé. Aún así no quiero contarle sobre... sobre ese bastardo.

Él suspiró y  acto seguido me abrazó. —Sea lo que elijas, yo estaré aquí para ayudarte.

—Sé que Paula estaría feliz si tu fueras su padre.

—¿Qué?

Me reí. —Por favor, no me digas que no lo has notado. Ella te adora. Apuesto a que quisiera que te quedes con nosotras para siempre; no soy tonta.

Sonrió. —La verdad es que no lo noté. Ella me lo dijo cuando Bruce vino que no quería que me vaya.

Me agarré el cuello, este me dolía por el exceso de tensión. —Lo sabía.

—¿Qué puedo hacer? Soy irresistible.

—Oye, no empieces —dije riéndome—. Esto es un tema serio.

—Esta bien. Dime qué quieres que haga.

—Solo quiero que me prometas algo.

—¿Qué cosa?

Cuando ella decidió irse [COMPLETA-EN EDICIÓN] - 1ER LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora