Cuando ella decidió irse [COMPLETA-EN EDICIÓN] - 1ER LIBRO

Capítulo 49

Bruce

Hace 2 días

Todos te dejan en algún punto de la vida. Por más que te amen, por más que te prometan estar siempre a tu lado en las buenas y en las malas... ¡Eso no existe!

La soledad es algo que me rodea y por más que trate de cambiar eso, no puedo. ¿Es que no me esfuerzo lo suficiente? ¿Será que le gente se harta de mí? Según Eduardo ella no decidió irse, la forzaron a ello, pero cuando alguien se esmera lo suficiente al final obtiene lo que quiere. A mí me enseñaron eso, de hecho es una de las frases que marcó mi infancia.

—Si te esmeras para obtener algo, se cumplirá —mi padre siempre decía.

A veces siento que el que debía haber sobrevivido a todo esto es Caleb. Él podría haberle sacado más provecho a la vida, no como yo que estoy aquí sobreviviendo a duras penas.

Hoy día era el día. Vanessa llegaría en menos de 5 minutos. Había soñado con esto todo este tiempo. Tenerla entre mis brazos a mi futura hija y decirle cuanto anhelaba mi vida junto a ella. Sería duro desde ahora en adelante, aún más con la forma de pensar de la sociedad en la que vivimos, donde la adopción es algo que en muchos colegios utilizan para hacer bullying y para menospreciar a los demás.

Mi plan era ayudarla hasta que se adapte totalmente en casa y luego mandarla a estudiar, pero ahora ni eso podré hacer. Mi cabeza está y seguirá estando desconectada de este mundo. Desde que ella regresó las cosas empeoraron, mis sentimientos se hicieron un torbellino y mi insomnio regresó.

Debía pedir ayuda médica para esto; sin embargo, no podía arriesgarme a que me califiquen como incapaz de cuidar una niña por mis problemas. Necesitaba encontrar a alguien que cuide de Vanessa y rápido.

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"Ella"  

Hace 1 día

-¡Mamá! ¡Debe ser Darren! ¡Ya llegó, ya llegó!

La emoción de Paula me sorprendía, nunca me imaginaría que él se quedaría marcado en su corazón. Estaban tocando el timbre de la casa, ella seguía durmiendo en ese entonces pero al escucharlo se levantó enérgicamente y me empezó a jalar de mi brazo para que me apresure a abrir la puerta. Su actitud me había sacado una sonrisa.

—¿Quién es? —dije en voz alta.

—Tu amor platónico.

Quité los seguros y abrí. —Que gracioso. ¿Para ser mi amor platónico no se supone que primero tendrías que gustarme?

—Auch —dijo Darren mientras se posicionaba una mano en su corazón imitando una expresión de dolor—. Ahí se fue todo mi orgullo. Pensé que mis encantos ya habían hecho efecto.

—Aún no. Pero si sigues así probablemente en los próximos segundos te estampe un libro en tu cara.

—Te ves linda cuando eres hiriente.

Rodeé los ojos y me crucé de brazos.

—¡Darren! ¡Llegaste! —dijo mi pequeña corriendo directamente a sus brazos. No me había percatado de su ropa hasta ese momento. Paula llevaba un vestido turquesa -el cual era su favorito- puesto. Empecé a reírme sola y ambos se voltearon a verme como si no estuviera cuerda.

Lo que pasaba es que ella nunca se quería poner aquel vestido debido a que le encantaba tanto que no quería ni ensuciarlo. Se lo había puesto solo por Darren. Se veían bien juntos, como padre e hija; como familia, algo que desearía que compartiera con Bruce.