Capítulo 58

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"Ella"

—¿Bruce? ¿Qué estás haciendo aquí? —dije en voz lo suficiente alta para que me escuche. Él volteó y cuando me vio sonrió.

—¡Acércate! Ven a jugar con nosotros.

—¿Qué estás haciendo aquí? —volví a preguntar estando más cerca.

—Te dije que vendría. Eso he hecho.

—Sí, pero... me imaginé que llamarías.

—Y lo hice pero no contestabas.

—¿Qué?

—Tu celular lo dejaste en casa —habló Darren detrás mío.

—¿Enserio? Lo lamento —dije observando a Bruce—. No estaba en mis planes salir.

Joder. Joder. Joder. ¿Cómo me había olvidado el celular? Podría haberle pasado cualquier cosa a Paula y yo no me habría enterado porque no habría habido ninguna forma de comunicación posible.

—No te preocupes —respondió Bruce.

—¡Mami! ¡Ven a jugar con nosotras! —gritó Paula mientras corría hacia mí con los brazos extendidos. La agarré de su torso y la senté con sus piernas alrededor de mi cuello.

—En un rato, amor. Estoy hablando con... Bruce. -Aún no tenía con seguridad como debía referirme a él. "Paula, estoy hablando con tu ¿papá?, ¿padre?, ¿Bruce?, ¿mi ex?"

—Papá. ¿Quién es ella?

Una niña de altura alta y cabello negro sumamente largo y lacio apareció al costado del padre de mi hija. Una característica que me llamó mucho la atención, era su ropa las cuales eran blancas por completo, haciendo resaltar más su cabellera.

—Vanessa, te presento a la mamá de Paula. Mamá de Paula, ella es Vanesa, mi hija.

Oh. Así que ella era.

Me agaché lo suficiente para quedar cara a cara con ella. —Mucho gusto, Vanessa.

—Hola —sonrió ella con júbilo—. Soy Vanessa; él es Bruce, mi papá y Paula, mi hermana.

****

El sonido del microondas sonaba cada minuto avisando de que la comida instantánea que se había colocado, ya estaba lista; sin embargo, no tenía fuerzas para levantar mi cabeza de la mesa; hace un buen rato que me encontraba en la misma posición.

—¿No escuchas? ¿Tu comida ya está lista? —dijo Darren, sacando mi comida por mí.

—No tengo ganas de comer.

—¿Entonces por qué pusiste la sopa en el microondas?

Suspiré. —Es que tengo que comer. Tengo que seguir viviendo por Paula.

—¿Qué te pasa? ¿Te sientes bien?

—¿Soy una mala persona por querer la felicidad de mi hija primero que la de aquella niña de cabello negro?

—Ya empezaste de nuevo.

—Ella es tan linda, tan inocente. No tiene la culpa de haber sido adoptada justo por el padre de Paula. Ella no sabe en el problema que se ha metido.

—No es un problema grande el que tú y Bruce tienen. Arreglarán las cosas y todo se solucionará. Solo es cuestión de tiempo. Tranquila. -Colocó su mano en mi espalda y dio pequeñas palmadas. —Tú lo estás haciendo bien. Hasta ahora no has cometido error alguno, solo que ahora te toca lidiar con una persona más que es la niña. Aunque debes saber que Bruce no la dejará por nada del mundo.

Cuando ella decidió irse [COMPLETA-EN EDICIÓN] - 1ER LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora