Capítulo 38

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Bruce

Hace 2 años

Para adoptar a una niña en mi país es algo complejo y estresante, pero el lado positivo es que aquí sí se permite ser padre soltero para obtener la custodia de un menor.

Eso me facilitó bastante las cosas, puesto a que no tenía pareja y tampoco quería  volver a tener. Enamorarme no es lo mío. Ya pasé por eso una vez y fui demasiado idiota.

Prácticamente ya era papá. Los papeles lo indicaban, pero aún no podían entregarme a mi niña ya que ella tenía problemas psicológicos y necesitaba tiempo para procesar la noticia.

Su nombre es Vanessa y tiene 9 años.

No la conozco en físico, pero si tengo unas cuantas fotografías. En todas luce seria, sin un mínimo rastro de felicidad. Los registros de los diversos psicólogos a los que ha ido mencionan que ella sufre de bipolaridad y depresión. Pregunté el por qué de ello y el orfanato me dijo que no sabían mucho de ella pues había sido ingresada al lugar cuando tenía 6 años. Al parecer, ella no era del tipo sociable; nadie sabía su pasado.

Estos días me dedicaba a alistar la casa para su llegada. No había una fecha exacta en la cual me entregaran a Vanessa, pero aún así ya le estaba organizando su habitación, la cual pinté de color morado.

Se suponía que Tatiana me ayudaría con la decoración el día de hoy, pero me envió un mensaje ayer disculpándose donde me dijo que tenía cosas que hacer y que se comunicaría conmigo luego.

Quién sabe... A lo mejor lo que tiene que hacer es urgente.

****

"Ella"  

Eran las 10 am y por fin había terminado de limpiar el gran desastre que había hecho en la habitación. Enterré el cuerpo de Jhon en el jardín y llamé a una empresa de limpieza para que venga y se lleve el colchón que posteriormente había manchado con pintura para que no noten la sangre.

El arma homicida ya limpia, la tenía en mi bolsillo. Más valía ser precavida y tirarla en algún otro lado.

Después de eso, fui por Paula. Ella seguía acurrucada en el armario, con su mirada inocente de no tener consciencia de las cosas que habían sucedido la noche anterior en la habitación de al lado.

Luego cogí la maleta que teníamos para casos de emergencia, coloqué unas cuantas compotas, el teléfono de Jhon, mi pasaporte, los registros de mi bebé y todo el dinero que pude encontrar.

Ni siquiera me molesté en cerrar la puerta de la mansión y salí a toda prisa. Mi primer pensamiento era ir a aquel restaurante de la otra vez porque sabía que si Tatiana recibió mi mensaje, estaría por esos lugares buscándome. Sin embargo, debía de hacer algo primero.

Saqué del bolso el celular de Jhon y lo apagué. Saqué el chip y lo destruí con mis manos para que en cualquier caso no pudieran rastrearlo.

Caminé a paso decidido y sin mirar atrás. Ya nada me detenía, era libre.

****

Tatiana

Al recibir aquel mensaje de mi hermana por la noche, fui en busca de mi abrigo y salí corriendo de la casa. Eduardo a mi espaldas gritaba para que me detenga y le explique que estaba sucediendo, pero no había tiempo.

Si es que ella había logrado sobrevivir todo este tiempo, no significaba que no pudiera morir. Su vida estaba en peligro cada minuto que estaba lejos en quién sabe donde.

¿Y si todo era una trampa de Jhon?

Me valía mierda. Si había un 0.1% de probabilidad de que ella estaba viva, me arriesgaría e iría a donde sea con tal de volverla a ver.

Cuando ella decidió irse [COMPLETA-EN EDICIÓN] - 1ER LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora