Self Conscious es la historia de Mark y Winnie, quienes salieron por tres años, los cuales fueron una tremenda confusión por el misterio metafísico que había entre ambos. Todo comienza con una entrevista y lo que se cree como amor a primera vista.
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2011
Era éste un patán, un idiota, a veces una vergüenza humana. Tenía una mirada agria y lo único que lograba pronunciar no se libraba de sus impulsos sarcásticos, crueles e incluso divertidos de una forma algo oscura. Lo único que salvaba a su trasero de ser diluido en ácido era su talento, la forma en que lucía y su radiante fama.
Era una músico excepcional pero una persona terrible. Aún podías mirar el vacío de sus ojos carentes de alma, bueno, no tanto, no obstante era aterrador aunque sonriera como Jack White.
Sé qué pensarán quién me creo yo para hablar de otra persona como si fuera un documental en la semana del tiburón. Bueno, soy la conciencia de ese torpe, o bueno, una manifestación visual de ella.
Martes, 23 de mayo de 2011
Fue gracioso ver que el hombre rudo se pusiera pálido cuando me vio cerca de él, a las tres de la mañana y en su cama. Estaba tanteando en medio del pánico su teléfono, seguramente para llamar al 911.
—¿Qué demonios pasa?, ¿quién eres tú? —me gritaba aterrado, aunque intentaba ser el dominante; vio que no me inmutaba y eso le pareció extraño— ...¿tienes un arma?
—No —reí hasta casi doblarme a causa de ello— . Enciende la luz, parece que no tienes memoria auditiva.
Mark estaba enteramente confuso. ¿Cómo esa chica había llegado ahí? –aunque bueno, soy yo, no soy una extraña para mí–. Esa mueca jamás la había visto de su parte, él siempre solía saberlo todo.
—Winnie —dijo sin más agitando el dedo con algo de ira contenida— , ¿qué demonios haces aquí?
—Soy Winnie, pero no soy Winnie —respondí algo confusa, no sabía cómo explicarlo sin que sonara idiota, pero igualmente la situación era absurda— . ¿Viste Pinocho cuando eras niño? Soy Pepe Grillo.
—Winnie, lárgate —frunció el ceño justo antes de taparse la cara con irritación. Esta imagen no le provocaba buenos recuerdos.
—No soy Winnie, idiota —me acerqué a golpearle la cabeza con fuerza. Mark corrigió su postura de ebrio a macho alfa indignado. Aún así tuve el cinismo de sonreírle— . ¿Crees que Winnie volvería con semejante costal de basura? No literal, te ves bien, pero déjame recordarte que los bonsai que te envían mueren a mitad de semana.
—Winnie, sí es porque coquetee con tu mejor amiga, lo siento, es linda...Vete —intentó hacerme voltear, pero yo me quedé viéndolo al ver que no podía hacerlo.
