44. De malos entendidos y nuevos comienzos

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2012

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2012

Ya eran las ocho y sólo estaba con Marie para cerrar el café en el que ahora trabajaba. Estaba apagando las luces, barriendo ciertos lugares y contando el número de arreglos florales que de vez en cuando desaparecían de la mesa.

—Voy por Minnie —Marie dijo al ir escaleras arriba para recoger a su gato, el nombre había sido escogido para que rimara con el nombre de ambas.

De repente escucho unos golpes en la puerta principal. Me acerco al cristal y señalo el cartel de cerrado.

—Le pagaré extra —dice el hombre al otro lado de la puerta.

—Eso depende de lo que quiera —hago la escoba a un lado para escuchar— . Tenemos algunos pasteles y rosquillas.

—De hecho vine para que me escuches —todo su ser derramaba algo de misterio y sus ojos eran lo único que me suplicaba que de verdad tenía algo que escuchar— . Por favor, he escuchado que este lugar tiene buenas psíquicas. Iba a venir más temprano pero tuve que ayudar a mi jefe con un papeleo gigantesco y...

Abrí la puerta. El hombre estuvo confundido por unos segundos hasta que al final entró muy tímido por mi lado. De nuevo cerré la puerta con llave.

—¿Qué tienes que decirme? —le señalé una mesa a la que le había bajado la silla— ¿Necesitas algún tipo de lectura?, ¿quieres algo de café?

—¿Puedo aceptar el café? —vaya que era un hombre tímido y eso me hizo sonreír por un momento.

—Bien —tuve que ir no muy lejos a calentar algo de café, le pedí al hombre que me siguiera— . ¿Cómo te llamas?

—Simon —responde con los codos apoyados en la barra, me veía preparar su café.

—Es gracioso como eso puede ser nombre o apellido —le sonreí mientras que con mucho cuidado y sin nada de apuros decoraba su café con una hoja hecha de crema— . Mi mejor amigo tiene ese nombre de apellido... técnicamente sería mi ex, pero es muy amable y lindo.

Con cuidado le di su café y le ofrecí unas galletas restantes que eran en forma de pino. Simon estaba muy agradecido devorándose esas galletas.

—Sólo quise venir porque vi este café en un sueño —tomó un sorbo de café con rapidez— . Mi mejor amiga me lo mostró cuando veníamos de Oregon y prácticamente fue un gran deja vu. Entonces pensé que quizá algo me esperaba aquí cuando me enteré que además de ser café es un consultorio psíquico.

—Mentira, viniste a sacarme comida gratis sólo con sonreír —respondo a modo de broma y él sonríe dejando ver que sus dientes estaban manchados con el chocolate de las galletas, eso se me hizo gracioso— . De seguro es una imagen del subconsciente, no recordabas haber visto este lugar pero de algún modo pudiste haberlo hecho.

Self ConsciousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora