19.1. Charla sin sentido

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2004

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2004

—Te ves tan lindo cuando duermes.

Sabía que era un sueño, porque después de lo que ella me había dicho, era imposible que me viera luego y dijera eso al verme.

Ella estaba tumbada a mi lado, con un vestido azul de flores únicamente. Sonriéndome.

—¿Por qué no puedes olvidarme? —ella pregunta, sin dejar de sonreír, voltea a verme.

—Ese es mi problema —le respondí.

—¿Soy un problema? —ríe— Parecía no molestarte antes.

—Eso fue antes de que comenzaras con esos estudios, Win. ¿Por qué estás tan convencida de hacerlos?, ¿qué ganas con eso? —le toco el cabello, parece real.

—¿Qué ganas con limitar al mundo a lo físico, lo comprobable?, ¿sabías que los filósofos que más consideramos como sabios son aquellos que dudaron de lo que llamamos realidad? —ella se aferró a una manta— Dime, ¿para ti qué es real?

—Somos reales, existimos —me quedé observándola.

—¿Y si te dijera que no existimos, o que en realidad sólo uno de los dos existe?

—Eso sería absurdo —reí y la vi reír a ella.

—Pero es una realidad que deberíamos considerar —arruga la nariz.

Se acerca lo suficiente como para acurrucarse y tener mi cara a centímetros de la de ella.

—Te amo, ¿tú también me amas? —susurra mirándome con algo de esperanza en los ojos.

—¿Necesitas saberlo?

—No, pero tú sí —ella rodea mi cintura con un brazo y acerca su cadera a la mía. Entierra su cara en mi cuello, puedo sentir su respiración, su calor— . Sólo tú sabes si lo que sientes ahora es sólo físico o también me quieres hacer mimos y decirme que me amas, sin juegos. ¿Qué me dices?

Mi mano va por su pierna, estoy bastante tentado a sólo decirle que sólo estoy atraído físicamente hacia ella. Puedo sentir sus labios en mi cuello.

—Cógeme, idiota —ella gime en mi cuello.

En cuestión de segundos, la pongo debajo de mí, pero no me apresuro a hacer nada, sólo quería verla. Estaba estupefacta, esperando a que decidiera. Me había rendido, estaba quieto, sonriéndole como un verdadero idiota.

—Creo que eso me está excitando más —suelta una risita— . ¿Por qué tienes novia?, ¿eh? Las cosas entre nosotros ya son más difíciles de por sí.

—Nunca dije que quería ser tu novio —le subo el vestido y le beso las caderas— . ¿Entiendes?

—Estoy siendo muy comprensiva, Mark —me mira con una ceja subida— . No sabes lo equivocado que estás. Eres un péndulo y yo tengo el valor de cortarte la cuerda para que dejes de lastimarme.

Self ConsciousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora