2. Hotel Plaza

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2001

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2001

Para quienes no crean en el destino, es porque con probabilidad son pesimistas o simplemente la vida los ha decepcionado con severidad; pero vivir se construye en sí a través de las personas que se conocen y las experiencias que atraviesan, aún si estas son agrias y fácilmente se quiere cerrar los ojos para negarlo todo.

En el mundo hay dos tipos de personas: La que ha conocido las peores cosas de la vida y se niega a que haya bondad en el mundo, también está quien ha vivido sin temor y niega que haya maldad en el mundo. Como siempre, hay un choque entre ambos, diciéndose entre sí "pesimistas" o "soñadores", tratando de hundir al otro bajo la percepción del mundo que tienen.

Pero se equivocan.

En alguna secuencia de la historia del universo estaba escrito que Winifred Anderson sería británica con padres gitanos que se movían alrededor del país, tendría las típicas ambiciones de una chica que ha crecido leyendo las historias de mujeres de valor y terminaría suplicándole a sus padres que se movieran a Nueva York, que por fortuna pudieron quedarse para formar un hogar en 1996.

En otra secuencia, el universo le otorgó a Mark Simon padres conflictivos, una madre soltera adicta a la metanfetamina cuando éste tenía siete y una adolescencia problemática. Terminó mudándose a Indiana cuando su madre murió, pero al igual que las desgracias venían, un don le fue otorgado. Más tarde se convertiría en uno de los mejores músicos del país.

Pensarán que al haberles dicho los antecedentes de estas personas automáticamente les estaría diciendo su vida, pero no, es apenas lo que habían atravesado hasta el momento.

En aquellos días, Winifred estaba próxima a graduarse, tenía un empleo estable y un gran optimismo acerca de lo que venía, aunque no sabía lo que era. Mark tenía una novia espléndida, una gran musa, le gustaba vivir tranquilamente y de vez en cuando salir de sus propias líneas.

—Les agradezco su tiempo, sé que deben estar ocupados, así que voy a retirarme inmediatamente —Winnie agarró sus cosas con tanta torpeza que dejó caer lápices, hojas y el zip de su mochila terminó enredado en su cabello.

Trevor Harris, cantante de la banda, se acerca a la chica que lo estaba entrevistando, la ayudó entre risas a desatar su cabello de un extraño vínculo con su mochila con botones de NSYNC, Nirvana y lo que parecía ser The Strokes. El baterista recogió lo que se le había caído sin prestarle atención al tipo de mirada que el cantante le dedicaba a la castaña.

—Siempre es un placer hablar con gente agradable, Winnie —Trevor se quedó mirándola sin restricciones o vergüenza, además de una sonrisa tonta de chico enamorado a primera vista— . ¿Cuál es tu canción favorita?

—Me encanta Charlotte del álbum del 98 —ella dejó salir una risita nerviosa. Aunque normalmente no era de esas que se saben la vida de los músicos y se entusiasman con su sola presencia, ella debía admitir que era imposible no sentirse nerviosa con tal de que los responsables de lo que ella consideraba buena música le estuvieran hablando y la escucharan.

Self ConsciousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora