38. ¿Recuerdas por qué arruinaste todo?

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2011

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2011

—¿Por qué me pediste que te trajera aquí? —Mark me mira al estacionarse en frente de un complejo de apartamentos.

—Aquí viven Lucy y Sam —abro la puerta del auto, casi mirándolo con tristeza— . No quería incomodarte, así que si no te importa...

Cuando vi que no dijo nada, me bajé del auto y cerré la puerta. No dije adiós porque era más que obvio que cada día que le recordaba el pasado, quería distancia y me era imposible, buscaba respuestas porque la mayoría las tenía a medias, aparentando saberlo todo.

Aún no sabía qué era lo que con probabilidad estaba a punto de salir mal, con todas las de perder para mí, Mark o ambos. No era la nostalgia, de eso ya había llorado suficiente. Esto era algo más serio: Muerte.

Como en cada ciclo, había un final prematuro que me remarcaba memento mori de la manera más abrupta posible. Pero era de una forma inesperada, a veces creativa.

¿Se resbalaría en el baño o sería algo más trágico como una hemorragia cerebral? Bueno, al menos yo sería más proclive a la segunda.

Confiada, subí al elevador al piso once. Toqué la puerta. Sabía que alguien estaba en casa por el sonido del televisor a la distancia.

Una mujer con ojos gigantes y algo rasgados abre la puerta para sonreír de inmediato.

—Así que volviste —Lucy pronuncia antes de abrazarme— . ¿Hace cuánto llegaste?

—Sólo es un tiempo, pero me arrepiento de no visitarte antes —la abrazo de vuelta con mucha fuerza.

—¿Viniste por el sobre? —ella me invita a pasar— Sam no está en casa...

—¿Cuál sobre? —eso me había cosquilleado la mente por un momento sin saber con exactitud porqué.

—Ya sabes —hace gestos sugiriendo que lo sabía hasta ver que niego con la cabeza. Ella suelta aire con decepción y deja caer sus hombros con una mirada irritada— . Espera aquí.

La escucho abrir varios cajones, sólo el primero fue abierto con cuidado, los siguientes tres fueron golpes violentos. Escuché papel crujiendo. Entonces Lucy viene con un sobre amarillo con un número gigante, luego lo deja en mi regazo.

—Me pediste que lo guardara antes de ir a Londres —se sienta en frente de mí con la respiración agitada— . Ábrelo no tengo idea de qué había adentro, Sam no me dejaba abrirlo, además estaba mal que fuera hacerlo pero ahora que puedes, dime qué mierda hay ahí.

Número uno pintado. No recordaba ese sobre.

Lo abro, sólo hay una pila de fotos con cosas escritas detrás y un CD, quizá una mezcla de canciones debido a que las canciones están enlistadas con un papel.

—Esto es tan lindo —Lucy sonríe sobre mi hombro— , aunque triste. ¿No vas a olvidar a Mark?

—Al parecer no —respondo al ver las fotos.

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