23.1. Ella

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2004

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2004

Con el corazón en la mano, y el miedo invadiéndome –cosa que nunca me había ocurrido–, entré al hospital después de recibir una llamada de que Winnie estaba allí.

¿Quién lo hubiera pensado? El destino odiaba que estuviéramos juntos –justo como diría ella–, tanto que al despertar con el sonido del teléfono y no encontrar a Winnie a mi lado además, deduje que se había ido a casa, pero no, ella tomó las llaves de mi auto y lo chocó.

Estaba maldiciéndola mentalmente mientras esperaba que se encontrara bien y consciente.

—Disculpe, estoy buscando a alguien —dije apoyando los antebrazos en la mesa de la recepción del hospital, tratando de lucir calmado, y saliéndome con la mía— . Winifred Anderson.

—¿La señorita Anderson? —la señora sonrió— Está en la cafetería. Vaya chica.

Algo confundido, fui a la cafetería, donde efectivamente estaba Winnie, con una venda en el hombro y sonriéndole a un grupo de doctores en frente de ella además de una enfermera a su lado, todos jugando póker.

Me acerqué con normalidad, Winnie levantó la vista y sonrió.

—Un minuto más —guiñó. Bajó las cartas, dejando ver una mala mano— . Estoy fuera.

Los doctores rieron con apacibilidad.

—Ya nos has ganado cinco, esta fue pura mierda —una doctora bromeó.

—Sé más amable, me dispararon —rió haciendo que ella también lo hiciera— . Cuídate, Laura.

Volvió a verme a mí, como si nada.

—Hablé con el seguro, voy a pagarte por los daños —se mordió el labio inferior— . No sabes cuánto lo lamento.

—¿Cómo que te dispararon? —me quedé viéndola fijamente, ella se había exaltado.

—Voy a sonar como loca, Mark...

—No me importa —dije inexpresivo.

Ella me agarró del brazo para que caminara con ella, se mantuvo en silencio hasta que salimos. Tiritó porque no tenía nada encima, aparte de su blusa de tiras, sin preguntar le extendí mi chaqueta, ella extendió la mano a modo de detención y negó con la cabeza.

—Estoy bien —dijo en voz queda.

Suspiró una vez más antes de mirarme a los ojos.

—Vi a mi tía, me dijo que su ex esposo tenía a Mary. No sé cómo demonios capturó a Mary, mi mamá no me había dicho, pero ella pensaba que estaba en una pijamada cuando en realidad las niñas estaban fuera y ninguna notificó que Mary faltaba —se cortó para tomar una bocanada de aire— . El caso es que lo pude encontrar, iba conduciendo. Él frena de la nada, yo me choco. Hubo forcejeo. Mary le da un tiro en una pierna, él le quita el arma. Ella corre. Y antes de que la policía viniera, estaban cerca, me dio un tiro en el hombro. Pero estoy bien...

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