23. Tengo el presentimiento de que todo irá mal

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2004

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2004

"Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados. El doctor Juvenal Urbino lo percibió desde que entró en la casa todavía en penumbras, adonde había acudido de urgencia a ocuparse de un caso
que para él había dejado de ser urgente desde hacía muchos años. El refugiado antillano Jeremiah de Saint-Amour, inválido de guerra, fotógrafo de niños y su adversario de ajedrez más compasivo, se había puesto a salvo de los tormentos de la memoria con unsahumerio de cianuro de oro."

Se escuchan pasos entrando a la escena. Es Mark, mirándonos con extrañeza.

—¿Qué están haciendo? —él pregunta con el ceño levemente fruncido.

—Tu hermosa amiga nos leía El amor en los tiempos del cólera —Denis respondió con voz serena, señalándome con el brazo extendido— . Apenas estaba iniciando, imbécil. Gracias por arruinarlo.

—Puedo prestártelo si quieres —extendí el libro a Denis.

—Winnie —ladeó la cabeza— , es un gesto amable, pero realmente me gusta cómo lees. ¿No es así, Derek?

—Por supuesto, tiene una linda voz —Derek dijo con su voz profunda.

Para explicar a este personaje, lo simplificaremos como amigo de Mark. Era un romántico empedernido, aunque el amor se le hacía abundante y terminaba repartiéndolo a falta de ideas.

—De hecho, ya me duele la garganta —cerré el libro, señalando el área afectada— . Iré por agua.

—Claro, no puedes ver a Mark porque ya te da tu arranque de oxitocina diaria —Denis rió, subiendo y bajando las cejas— . Por mi parte, ya tengo el traje para su boda.

—Cierra la maldita boca —dije por lo bajo al pasar por su lado.

—Hermano, trátala bien o te mataré —Denis gritó detrás de mí, me hacía recordar lo que mi hermano le decía a mis novios— ...con estas manos que ves aquí, y una de las cuerdas de tu guitarra, quizá la guitarra entera...

—¡Denis! —me voltee a regañarlo.

—Va enserio, Mark —lo señaló— . Nadie me priva de la trama de un buen libro, por parte de una excelente narradora, sin tener consecuencias.

—De hecho es un buen libro, sí —Mark se cruzó de brazos y asintió como si de hecho ya tuviera un lado siniestro de la situación— , pero nadie lo entiende. Sólo los ingenuos creen que es amor.

—Bravo, eres más sensato que nosotros —me encontré diciendo en tono sarcástico. Me volví a Denis de nuevo, caminé hacia él para quitarle el libro; una vez tuve al objeto de crítica, lo sostuve contra mi pecho— . ¿Sabes qué? Léelo de nuevo, luego me cuentas —lo extendí hacia él— . Me encantan los argumentos frescos.

Self ConsciousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora