21. Nota baja

8 2 6
                                    

2004

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

2004

Estaba gratamente sorprendida de cómo los días pasaban, pero con Mark se hacían menos aburridos. No todo el tiempo andábamos juntos, sin embargo era como si las escasas horas que pasábamos fueran largas. De por sí soy algo pegajosa, y sentía que la diversión era distinta una vez ya no estaba allí.

En ese momento, estábamos en el estudio de grabación, Mark tocaba su guitarra mientras cantaba por lo bajo You're pretty good looking (for a girl). Yo estaba apartada, mirándolo como tonta.

—¿Enamorada?—Denis pregunta de improviso.

Me asusto al mirarlo, pero termino sonriéndole. Denis era el miembro adorable de la banda, nadie podía enojarse con él, sin embargo, tras esa fachada de niño bueno tenía bastante fuerza.

—Tal vez —me encogí de hombros, aunque de por sí ya soy muy nerviosa.

—No me sorprende, últimamente no ha parado de escribir sobre amor —sonrió golpeándome en el brazo para luego señalar a Mark— . Le diste un buen impacto.

—Es Mark, ni siquiera puedo ser yo la de las letras...o quizá sólo una —me eché a reír cuando vi a Denis frunciendo el ceño— . ¿Sabías que en Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda cada una de los poemas iba dirigido a una mujer distinta? Quizá esté haciendo lo mismo.

—¿Cómo lo sabrías? Mark nunca dice sus planes —bufó como si lo que había dicho fuera una estupidez.

—Descubrí ese libro en su mesita de noche —alcé una ceja como si ganara con ese argumento.

—A él le gusta ser más original, Winnie —me dio un beso en la frente antes de retirarse a la cabina de grabación con los demás.

Mark, fingiendo inocencia, me saludó con la mano. Yo sólo entrecerré los ojos sin saber si era verdad lo que había visto. Él rodó los ojos y sonrió un poco.

—Empezáremos con You —Mark gritó antes de que Trevor intentara abrir la boca.

Dicho esto, sólo bastó una señal con la mano de la mujer que estaba a mi lado, para que comenzaran a tocar. Iniciaba con un solo de guitarra de Mark, al que se le agregaba bajo y gradualmente se introducían los demás.

Tuve que apartarme unos minutos mientras atendía mi teléfono.

—¿Hola? —dije al contestar.

—Hasta que por fin contestas —mi hermano me regaña con algo de tensión en la voz— . No quiero saber dónde andas, pero necesito que vengas a casa.

—¿Por qué?

—Tú sabes porqué, recibí noticias y sólo quiero que estés aquí —respondió rápidamente.

—Está bien, iré lo antes posible, boo —digo cabizbaja, ahora mi voz era lo único que estaba resonando.

Escucho la puerta de la cabina abrirse.

Self ConsciousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora