20. A veces sólo quiero desaparecer

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La estaba mirando como si no pudiera evitar aterrarme la idea de que estaba haciendo una locura y que me preocupaba que algo realmente malo le pasara. Pero ella, sin embargo, era descuidada, se encontraba comiendo pastel de queso, riéndose de mí.

—Estoy bien —puso su mano encima de la mía— , relájate un poco. Después de todo, todos vamos a morir.

No pude evitar cubrirme la cara y gruñir. Y ella se hacía llamar madura.

—Si se supone que pase, sucederá —se encogió de hombros— , pero no quiero desperdiciar el tiempo allí, recordando una y otra vez todas las cosas que he hecho mal.

—Tal vez no quieras estar allí, pero créeme que tus posibilidades de que algo malo te pase se disminuyen si vuelves al hospital, porque no eres lo suficientemente estúpida como para no cuidarte y evitar algo que vas a lamentar —la reproché.

—Un vaquero que dispara y luego esconde el arma, ha perdido mi respeto —ella negó con la cabeza chasqueando la lengua. Suspiró mirándome con una ceja levantada— . No vas a tener que verme luego, así que no será tu problema. Aunque quisiera saber ciertas cosas.

—¿Cómo cuáles? —respondí cansado.

—Sólo una, luego me iré —rió un poco al notar mi actitud— . ¿Ya eres feliz?, ¿te sientes realizado? En verdad te noto mejor.

—Esas son dos preguntas —puse los brazos sobre la mesa, sintiéndome presionado con los cuestionamientos— . Creo que la realización personal nunca se alcanza, y bueno...ya me dijiste que la felicidad tampoco es que dure.

—Oh, lo siento —negó con la cabeza, pensando— , lo había olvidado. Formulé mal la pregunta, sería más como: ¿Qué cosas han ocurrido en tu vida?

—¿Qué han ocurrido en la tuya? —pregunto expectante.

—No quiero siquiera hablar de mí —rió nerviosa, aunque era natural que lo hiciera al ser tan introvertida o una chica bastante selectiva— , fui cruel contigo...

—Aunque me hiciste pensar que fue mi culpa —me crucé de brazos. Lo había comentado como si no fuera nada— . ¿No podías hablarme como una persona adulta?

—No —negó con la cabeza, seria y un poco temblorosa— . Ya te estaba incomodando bastante.

Ella tenía la voz a punto de apagarse, se acomodó el cabello y finalmente pudo mirarme. ¿Por qué se veía tan absorta en sus pensamientos?

—Creíste enamorarte de mí, pero sólo fue la idea. Te quedaste conmigo porque no pudiste encontrar a alguien igual a mí, sólo que menos demente —sacudió la cabeza mientras sonreía, daba tantas señales de estar mintiendo. ¿Qué ocultaba?— . ¿No te parece lógico?

—Winnie, simplemente malinterpretaste todo, como siempre —bufé, le seguí el juego como un buen actor.

—No, señor —movió el dedo índice de lado a lado— . Permíteme mostrarte el museo de las cicatrices que me hice en los años anteriores —se levantó y señaló su pierna izquierda— . Antes de conocernos, me apuñalaron en la pierna porque quería ayudar a alguien que estaba siendo asaltado —luego señaló su hombro— . ¿Recuerdas cuando tomé las llaves de tu auto? Un loco me disparó —señaló su brazo— . Tengo rasguños muy poco visibles de la vez que me corté con los cristales de la ventana de un auto.

Volvió a sentarse como si fuese una prueba irrefutable de sus actos.

—Te preocupaba bastante —decía a tono de disculpa— . Era la chica despreocupada, la pseudo filósofa, la que usaba faldas y era brutalmente honesta...Te parecía atractiva, era como una mejor amiga con la que podías tener sexo...

Intenté protestar, pero ella prosiguió.

—No me interrumpas —sonrió algo rota— . Tal vez sólo servía para tus canciones, y tú para mi escritura.

Ella me miró con algo de blandura.

—Pero lo curioso es que sin importar eso, tenemos una conexión psíquica muy fuerte —se frotó las sienes. Rió con sequedad— . Debería olvidarme de eso, estoy a punto de desaparecer del mapa definitivamente y ahora me estoy ahogando en pena con mi ex novio.

—¿Desaparecer definitivamente? —no pude evitar preguntarle.

—Mierda —cierra los ojos con fuerza, pero termina asintiendo— . Bueno, es la verdad. Planeaba hacerlo cuando tuviera treinta, pero ¿para qué esperar?

—¿Qué hay del hombre que te dio la mochila? —digo sin saber que sueno compasivo.

—Sólo digamos que desde que mi madre murió, ya no hay nadie que verdaderamente se interese por mí. Y no los culpo, no es su trabajo, no todo tiene que ser sobre mí —se encogió de hombros tratando de no parecer afectada— . Sólo quiero huir de toda esta mierda, todo lo que me recuerda algo doloroso...Es estúpido.

—No es estúpido —negué con la cabeza, trataba de llegar a ella— . A muchos se les hace fácil decir que son derrotistas los que huyen, pero es porque nunca han experimentado estar completamente solos y que ya nada cobre sentido. Aunque...deberías reconsiderarlo.

Le tomé una mano y comencé a acariciarla, estaba helada como siempre le ocurría cuando estaba nerviosa o tenía miedo.

—Lo que tienes es especial, es una visión de un mundo diferente. Tal vez me dabas ataques al corazón cuando me llamaban a medianoche para que fuera al hospital porque estabas en una de tus misiones, pero cuando empezabas a hablarme, con una venda encima de una herida que aún estaba sangrando...lo era todo. Sólo quería estar allí contigo, rogar para que nada te pasara...

—Y por eso empezaste a ir conmigo —ella rió conmovida.

—Sí, Win —le di un beso en la mano— . ¿Recuerdas eso?

Ella asintió.

—No sé que tienes, pero tu esencia es más que especial. Estabas tan atraída a los misterios y lo que estaba más allá de todo, eso me hizo cambiar de cierto modo. Es más, los mejores años los pasé contigo, mejor dicho, fueron seis años que no pude olvidar —hice que ladeara el brazo para ver el pequeño tatuaje de corazón que tenía en la muñeca— . Si crees que no has hecho nada memorable, que a nadie le importas, o que mejor dicho no eres importante, estás jodidamente equivocada...siempre lo malinterpretas todo.

—Te hice daño, ¿por qué eres bueno conmigo ahora? —dibujó una pequeña sonrisa.

—Sólo me di cuenta de algo —hablé con calma— . ¿Aceptarías un reto?

—Bueno —dijo un poco cansada.

—Te quedas conmigo los próximos días, y si aún quieres desaparecer, te dejaré hacerlo —le guiñé. Coquetearle la hacía sonreír.

—¿Por qué piensas que puedes detenerme? —bufó aumentando el tamaño de su sonrisa. Pero los ojos, ella aumentaba mis dudas, sin embargo procedí.

—Estamos conectados, ¿recuerdas? —entrelacé sus dedos con los míos.

—Será interesante ver qué ocurre —me da una mirada extraña— . Hace tanto que no te veo.

Self ConsciousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora