Daímonas 22

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  Aien: ¿Que estas diciendo?, ¿nosotros hermanos?
Leo: Eso no es posible
-: Ustedes realmente no saben mucho sobre el otro, esto es lo que ocurre cuando son huérfanos y sus padres no son capaces de decirles que son hermanos, al final terminan siendo vecinos y el temor mas grande de todos nosotros se hace realidad.
Aien: Cierra tu maldita boca, no creeré ni una sola palabra de lo que dices
Leo: Tu no eres un demonio, ni un humano, ¿que eres?, ¿que quieres aquí?
-: Ya te lo dije hermano mayor, vengo por Aien, esta niña cruzo el limite ya y mi madre la quiere lejos de ti
Leo: No pienso dejar que un extraño se la lleve
Aien: Vete de aquí, no iré a ninguna parte, me quedare con Leo
-: Ah dios que niños mas complicados, Aien, ¿ tu conoces a Leorio verdad?, nunca has pensado porque el te envió a otra dimensión en ves de entregarte a Leo, ¿verdad?
Aien: ¿Como sabes eso?
-: Porque siempre estoy cuidando de ti, siempre observándote desde el cielo, Leorio sabe que ustedes son sus hijos y por eso no fue capas de entregarte a Leo, es tabú no puedes amar como hombre a tu propio hermano, Leo no puedes amar a tu hermana, no puedes besarle ni desearla eso es retorcido, véanlo, ustedes son los hijos de Leorio, son hermanos, completamente hermanos, no pueden estar juntos

Todas aquellas cosas que decía ese hombre tenían que ser mentiras, como era posible que Leo y yo fuésemos hermanos, era una estupidez, luego de todas las cosas que habíamos pasado, incluso habíamos enfrentado la muerte, todo era una mentira, si, una mentira sumamente cruel

Aien: ¡Cállate!, ¡Desaparece de mi vista!
-: Demonios, se esta volviendo inestable la princesa, si realmente quieren saber la verdad invoquen a Leorio y pregúntenle, por hoy te dejare pero volveré por ti pronto
Leo: No lo escuches, no pasa nada...
Aien: Y si... ¿Leo y si realmente somos hermanos?
Leo: Eso no puede ser, ni siquiera nos parecemos...
Aien: Leo, dime que todo esto es una pesadilla por favor
Leo: Entremos a la casa, ve a descansar todo estará bien, no creas en las palabras de ese hombre
Aien: Si...
Serverus: Amo, ¿como esta la señorita?
Leo: Recién se durmió, no podía conciliar el sueño
Serverus: Debería prepararle un te para los nervios
Leo: Serverus dime la verdad, ¿es cierto que Aien y yo somos hermanos?
Serverus: Joven amo
Leo: Respondeme
Serverus: Es cierto, un día el amo Leorio llego a casa junto con la princesa, un pequeño niño de unos 3 años y una bebé de solo unos días de vida, esos niños eran usted y la señorita amo...

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