Daímonas

Daímonas 39

Leo: ¿Quieres acompañarme a comprar los anillos?

Aien: ¡Si!

Me puse lindas ropas y acompañe a mi futuro esposo a comprar nuestras argollas de matrimonio, jamas pensé que tendríamos que casarnos así, tan rápido, prácticamente escondidos, pero estaba feliz aunque algo preocupada

Leo: ¿Estas bien?
Aien: Algo preocupada
Leo: Entiendo, es una situación bastante frustrante
Aien: ¿Porque no nos dejan ser felices?
Leo: Porque esperan cosas de nosotros que no podemos darles
Aien: Si tan solo ese día no hubieses muerto...
Leo: Tal ves hubiese echo una diferencia, pero ahora sabemos que realmente nunca fuimos humanos, algún día esto iba a pasar
Aien: Tienes razón
Leo: Cielo, ve y elige un vestido de novia
Aien: ¿Un vestido de novia?
Leo: Si para esta noche
Aien: No, esta bien, cuando todo este en calma, hagamos una ceremonia humana con nuestra familia y amigos, entonces ahí utilizare uno, ahora solo comprare algo lindo
Leo: ¿Estas segura?
Aien: Si

Aquella tarde con Leo compramos muchas cosas, disfrutamos mucho nuestro mini preparativo de bodas, estaba realmente feliz, pero algo se sentía pesado en el fondo de mi pecho

Serverus: Amos todo esta listo en el jardín del lago
Leo: Iremos a cambiarnos de ropa entonces
Serverus: Señorita su primo esta aquí
Aien: ¿Rindo?
Serverus: Si
Rindo: Necesitaban dos selladores, solo el perro no podría
Leo: Tienes razón, gracias por venir
Aien: Gracias Rindo
Rindo: No me agradezcas, ya vamos te ayudare a prepararte
Aien: Si

Compre un hermoso vestido negro de seda, simplemente sentí que combinaría bien con la ropa negra de Leo, ademas no era una boda humana estábamos desafiando dos mundos enteros, estaba bien verse intimidante y no solo tierna y pura, Rindo me ayudo a preparar mi cabello y maquillaje, mi corazón latía mil por segundo, baje las escaleras y camine hacia el jardín del lago, aunque eran tan solo unos 100 metros sentí que era un pasillo sin fin, todo estaba iluminado con pequeñas flores de color rojo que brillaban como pequeños soles, aunque era cerca de la media noche ya, se veia todo muy iluminado, Leo se habia esforzado mucho en darme un hermoso matrimonio a pesar de todo lo que estaba pasando.
De pronto al final del pasillo le vi parado mirándome fijamente, estaba vestido completamente de negro, era ropa semi formal y un pañuelo rojo atado al cuello que hacia juego con el color de mis labios y tacones, estaba realmente hermoso, en ese instante al tomar su mano sentí que todos mis miedos y nervios se esfumaban junto con la brisa que corría.

Leo: Negro, muy apropiado para la esposa del Demonio mas poderoso del mundo, te ves realmente hermosa, tanto que incluso estoy nervioso
Aien: Gracias, tu igual estas deslumbrante hoy mi vida
Serverus: Entonces es hora de comenzar

La ceremonia era bastante simple, tan solo nos sentamos uno frente al otro, dijimos nuestros votos de amor y lealtad, intercambiamos nuestras argollas y restablecimos nuestro pacto de sangre, pero algo nuevo paso esta vez, en el dedo anular por donde la sangre fluye directamente al corazón una letra L se grabo en mi y en mi pecho y para Leo fue lo mismo solo que la letra cambio por una A, desde ahora somos marido y mujer.

Leo: Te amo mi hermosa esposa
Aien: Te amo mas que a nada en el mundo mi esposo.