Daímonas 55

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Aien: Papá, ¿que es eso?

Papá: Es una pulsera que contiene , todos mis poderes como emperador de Ángeles

Aien: ¿Porque me lo estas dando?

Papá: Sé que te servirá, por favor llevatelo y cuídate mucho

Aien: ¿Estas bien?

Papá: Si, solo un poco débil 

Aien: Papá...

Papá: Ve ahora eres mas fuerte que nunca, ahora puedes proteger a tu familia

Aien: Volveré pronto, cuídate hasta entonces 

Papá: Tu igual cuídate

No estaba segura de a donde debía ir, sabia que Leorio ya no estaba en el inframundo, pero si no era ahí, ¿donde podía estar?... comencé a caminar por la ciudad y a pensar, que a pesar de ser muy poderoso, Leo era mas fuerte que el, ¿como traspaso nuestras defensas?... fue ahí cuando entendí, que nunca había tenido la necesidad de entrar, ya que siempre estuvo dentro, por eso siempre parecía saber todo sobre nosotros, tome un taxi hasta casa y entre como si las cosas hubiesen salido mal.

Serverus: Señora 

Aien: Eh vuelto, ¿mi esposo sigue en aquel orbe?

Serverus: Si señora

Aien: Ya veo, ve a descansar yo me encargare del resto por hoy

Serverus: No es necesario Señora

Aien: Es una orden

Serverus: Si ama

Camine por todas partes de la casa, por los jardines e incluso por el lago, pero no estaba segura de donde podría estar.

Aien: Una pintura...

La primera vez que le vi, me dijo que había guardado su alma en una pintura, entre a la habitación matrimonial pero no parecía haber ningún pasaje secreto o algo extraño

Aien: Llevo varias horas buscando ya, me cambiare de ropa

Al abrir el closet note que era mas grande de lo normal, entre en el y comencé a presionar sus paredes hasta que una se deslizo hacia abajo y abrió un pasaje a algo que parecía un ático, no se como pude pasar por alto la diferencia entre el cielo y el techo, era muy grande, subí y efectivamente era un ático, estaba todo polvoriento y con telas.

Comencé a mirar a mi alrededor y había toda clase de objetos, pinturas, espadas, joyas y etc, era realmente grande, abarcaba toda la superficie de la mansion, habían muchos espejos igualmente, camine cuidadosamente y al final del ático a lo lejos pude ver un orbe idéntico al de Leo, me acerque y la pulsera en mi muñeca comenzó a emitir luces blancas y negras, como si de una alerta se tratase... me acerque y mire dentro

Aien: Leo... es Leo...


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