Daímonas: Capítulo Final

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El hombre que yo amo, es 21 cm mas alto que yo, pesa 22 kilogramos mas que yo, es 4 años mayor, es tímido y no suele hablar mucho, pero cuando eres honesta con el, puede hablar horas, le gustan los deportes, en especial las artes marciales, también disfruta mucho cantar y tocar violin, su piel es muy blanca, su cabello es muy negro al igual que sus ojos.

El hombre que yo amo tiene un carácter fuerte, pero es muy amable, el seria capas de dar su vida sin pensarlo con tal de proteger alguien especial para el, ama los niños y a los animales.

Aunque su mirada puede dar miedo ya que es poco expresivo, puede sonreír dulcemente y derretir hasta el corazón mas helado del mundo.

El hombre que yo amo, gracias a Dios es mi esposo, hoy es nuestro aniversario número 10 y por fin hemos decidido tener una ceremonia de bodas, ya que antes jamás tuvimos una apropiada, durante 10 largos años hemos pasado por muchas cosas, hemos reído hasta sentir que nuestras bocas se rajarían y hemos llorado hasta sentir que nuestras almas han escapado de nuestros cuerpos, hemos descubiertos tantas cosas y hemos creado una hermosa familia, con los miembros de mi familia, tanto biológicos, como de crianza.

Leo quien luego de 5 años de nuestro matrimonio converso apropiadamente con su madre por primera vez, quien a estado formando lazos con Leorio lentamente y sanando heridas del pasado, hoy estarán presentes en este hermoso evento.

Fre: ¿Que ocurre Aien?

Aien: Papá, no puedo

Fre: ¿Nuevamente estas nerviosa?

Aien: Siento que voy a vomitar y me voy a desmayar

Fre: Pero ya llevan casados 10 años se conocen hace casi 15 años

Aien: Si, pero no es lo mismo

Abuela: ¡Ay!, eres un insensible, este es el día de su boda, es normal que este nerviosa, vamos cariño, tu madre te ayudara a alivianar la ansiedad

Aquel día todo fue mágico, me puse un hermoso vestido de novia amplio como de princesa y Leo un hermoso esmoquin blanco, ambos lloramos durante la ceremonia y tuvimos una hermosa fiesta luego, hoy en día tengo 35 años y el 39, pero seguimos viéndonos de 20, el echo de que no eramos humanos nos haría tener que cambiar identidades y mudarnos cada ciertos años, pero eso realmente no era problema para nosotros.

Luego de nuestra renovación de votos, decidimos irnos de luna de miel a una pequeña isla en nuestro país, Leo quería formar otro orfanato ahí y poder disfrutar de un poco de paz.

Aunque no eramos humanos aun sentíamos como ellos, habíamos sido criados como ellos, toda nuestra fortuna la utilizábamos para ayudar a los demás.

Leo: ¿Que estas haciendo?

Aien: No mires

Leo: ¿Que es?

Aien: Te digo que no mires

Leo: Pero estoy curioso, quiero saber

Aien: Leo, no seas curioso, no puedes mirar 

Leo: Anda dime que es

Aien: Nuevamente es negativo...

Leo: ¿Un test de embarazo?

Aien: Si...

Leo: ¿Volvió a salir mal?

Aien: Así es...

Leo: No desesperes, ya llegara

Había sido todo un año desde que intentaba embarazarme pero simplemente no podía, aunque ya había estado en cinta un a vez, tal ves luego de perder al bebe algo se había dañado en mi y otro no podía ser concebido, el medico había dicho que era porque mi útero estaba congelado, que eventualmente podría quedar en cinta nuevamente, pero esto me ponía un poco ansiosa y estaba haciendo que nuestra luna de miel estuviese tensa y poco animada.

Leo: Aien saldré durante algunas horas

Aien: Vale, cuídate

Leo: Si

Realmente estoy haciendo las cosas mal, debería estar mas motivada y ser mas positiva, pasar mas tiempo con mi esposo, comer mejor y ejercitar mas mi cuerpo para estar mas apta para el bebé, mientras pensaba todas esas cosas me quede dormida, no se cuantas horas habían pasado, al despertar ya era de noche.

Sentí sonar el celular, era Leo, conteste y solo oi que decía Aien rápido, la playa y luego de eso se corto, Leo había estado sintiéndose enfermo todos estos días, tal ves algo malo pasaba con el, corrí hasta la playa y comencé a buscarle, no podía encontrarle, corrí hasta cerca de las rocas y le vi tumbado en el suelo, corrí hasta el y comencé a gritar su nombre, le vi sonreír y en ese instante miles de luces se encendieron, eran tantas que incluso el mar tenia luces, se hinco y disculpo por preocuparme, me abrazo con mucha fuerza y entre sonrisas dijo:

Leo: Aien amor mío, descubrí una forma de que podamos tener al bebé sin ningún problema





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