Daímonas 80

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Aien: Estoy en casa

Fre: Hija...

Aien: ¿Que ocurre papá?, ¿porque esa cara?

Fre: Nada, solo estaba preocupado por ti

Aien: Tranquilo, estoy bien

Fre: Ven acá, vamos a ver una película con papá

Aien: Esta bien, pero déjame traer algo de comer

Fre: Lo siento por jamas haberme casado ni haber amado a alguien realmente

Aien: ¿Porque te disculpas por eso?

Fre: Por que no puedo ayudarte con tus problemas ahora

Aien: Esta bien papá, encontrare la salida

Fre: No sera que realmente en tu corazón ya tienes la respuesta

Aien: Tal ves

Luego de ver unas cuantas películas con papá, me fui a la cama, me dormí y desperté a las pocas horas... ya era una adulta, sabia que tenia que hacer, me metí a la ducha y arregle, hacia frío aun era muy temprano y era invierno, como el sol aun no salia por completo, aproveche de ocupar mis alas y vole hasta la mansion de Leo, como de costumbre la barrera reacciono a mi, pero pude pasar a través de ella sin problemas, entre en casa, Serverus no estaba, oculte mi presencia y subí hasta la habitación de Leo, tenia miedo, no habíamos tenido una conversación apropiada en mas de dos años, con decision abrí la puerta y entre, estaba preparada para ver su cara al verme entrar, pero para mi suerte o desgracia el estaba dormido, sentí mucha ternura al verle, me acerque a el y me hinque a mirarle, su cara tenia una expresión de dolor, al parecer estaba teniendo una pesadilla, acaricie suavemente su cabello para que no fuese a despertar.

Me preguntaba que estaba soñando para que pusiese aquella expresión, aunque estaba acariciando su cabello su expresión no parecía aliviarse, por el contrario comenzó a sudar mucho, tome su mano con fuerza y comencé a acariciar su espalda, vi cuando entre abrió sus ojos y se llenaron de lagrimas

Leo: Aien...

Sin decir nada, seguí acariciando su espalda, no sabia que decir, me sentía muy insegura en ese momento.

Sentí cuando apretó mi mano y me tiro encima de el

Leo: Dime que no es un sueño, dime que realmente estas aquí

Aien: ¿Cuando te convertiste en un bebe llorón?

Leo: Estaba tan asustado... tan asustado

Aien: ¿Estabas teniendo una pesadilla?

Leo: Si...

Aien: ¿Estas bien ya?

Leo: Si, porque tu estas conmigo

Serverus: Señora...

Aien: Serverus, ¿como estas?

Serverus: Bien

Aien: Estas sorprendido, ¿verdad?

Serverus: Si, no pensé volver a ver a la señora en esta casa

Aien: Tengo que hablar con Leo

Serverus: Lamento interrumpir entonces

Aien: Esta bien, acompáñame a tomar algo de desayunar, mientras Leo puede cambiarse de ropas

Leo: Ah, estoy muy sudado, me ire a bañar

Serverus: Por aquí entonces madam 

Aien: Gracias

Serverus: ¿Que ocurre?

Aien: Leo...

Serverus: El amo a tenido esas pesadillas desde el día que se separaron, en veces son suaves como hoy y otras el despierta gritando y llorando, se a vuelto bastante inestable en ese lado

Aien: ¿Osea que constantemente tiene esas pesadillas?

Serverus: No, a sido cada noche, no a habido ni una noche que el amo haya podido descansar bien

Leo: Aien

Aien: Tu cabello viene goteando, te vas a enfermar

Sin darme cuenta camine hasta el tome la toalla que traía colgada al cuello y comencé a secar su cabello, olía muy bien a miel y rosas el solo agacho su cabeza y sonrió, fue ahí cuando me percate que seguía tratándolo como a mi esposo, aunque de mi boca no había salido una palabra de amor para el en años, mi cuerpo delataba mis verdaderos sentimientos, me abrazo fuerte por la cintura y me miro fijamente a los ojos, lo aparte y me senté a la mesa de nuevo, vi una mueca de enojo de su parte, me tomo en brazos y me llevo hasta su habitación.

Aien: ¡¿Que estas haciendo?!

Leo: Tu querías hablar conmigo

Aien: ¿Porque me pediste que nos divorciásemos? 

Hizo una expresión de asombro y luego otra de dolor, agacho la cabeza y se quedo en silencio

Aien:¡ Eres un mocoso en el cuerpo de un adulto, impulsivamente y sin un porque me pides que nos separemos y cuando ves que ya no estoy a tu lado, desesperadamente me querías contigo nuevamente, ni siquiera tu sabes lo que quieres!

Leo: No es así...

Aien: Siempre eres así, sabes cuanto te ame y siempre haces lo mismo me alejas con todas tus fuerzas y cuando creo que todo esta perdido me arrojas a tu lado de nuevo, ¡No soy un maldito juguete!... ¿tienes idea de cuanto a dolido todo este tiempo?...

Leo: Soy solo un... ¡ni siquiera se que soy!, ¿un humano?, ¿un demonio?, soy una maldita quimera, aunque nací de un útero....

Aien: Imbécil... ¿me viste alguna vez alejarte por que fueses diferente?... no, jamás por el contrario mas te acercaba a mi, mas amor quería darte, tu fuiste el único que nos separo

Leo: Tienes razón fui el imbécil mas grande sobre la faz del universo, pero estoy tan arrepentido que podría morir, te amo mas que a nada en todo este maldito mundo y en cualquiera, no quiero vivir sin ti...

Aien: Dime, ¿ de que te sirve decir todo eso ahora?

Leo: Quiero volver a ser tu esposo, quiero estar junto a ti toda la eternidad, no quiero volver a separarme de ti ni por un segundo, nunca mas

Aien: ¿Estas arrepentido?

Leo: Tanto que cada día es una pesadilla, pero entendí que hice realmente mal y no puedo obligarte a estar conmigo, tengo que decir todo lo que siento dentro de mi con la esperanza de que aun me ames y estés dispuesta a ser nuevamente la esposa de este tonto hombre

Tenia tantas emociones juntas, yo también me había equivocado aquel día hace dos años por no haber visto el sufrimiento de mi esposo, por no ver a través de sus mentiras aquel día, por no haberle abrazado con fuerza y haberle repetido que lo amaba, así que sin decir nada, me pare y alce mi brazo, vi cuando cerro sus ojos esperando el golpe que le daría, pero no, no era eso, le abrace con mucha fuerza y le bese.

Aien: Te amo Leo, siempre te e amado y siempre te amare, solo a ti sin importar nada...

Muchas lagrimas comenzaron a caer por sus ojos, lloraba desconsolado, me abrazo con muchísima fuerza, su corazón latía a mil por horas, sentía que iba a derretirme entre sus brazos a lo que la voz entre cortada por el llanto me dijo que también me amaba.





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