Megan
Mi estadía en Santorini había caducado: era hora de volver a trabajar. Aunque había sido por pocos días, la oportunidad de ver a personas importantes para mí era simplemente impagable. Lissa, Jesse, Naomi, Nikolai y Cristianno habían llenado mi corazón y mi espíritu de felicidad, optimismo y fuerza sólo con su presencia. Había sido un fin de semana increíble que había disfrutado al máximo.
Lamentablemente, el día no estaba terminando de la forma que hubiera preferido. Gracias a un pequeño incidente, ahora todos los buenos recuerdos se estaban tiñendo de negro. Y lo peor es que la culpa la tenía yo. Ambos estábamos sentados en una cafetería del aeropuerto, esperando el embarque de mi avión hacia Dubái en medio de un silencio que podía cortarse con un cuchillo.
- ¿Vas a decir algo o te vas a pasar la hora que queda completamente callada?– Preguntó con una calma perturbadora–
- ¿Y qué quieres que te diga Nikolai?– Contraataqué con la misma tranquilidad, bebiendo un sorbo de café–
- Bueno, de entre todas las cosas que quisiera saber, me gustaría que explicaras por qué me suplicaste que no me enamore de ti– Indicó, cruzándose de brazos, contemplándome fijamente–
- ¡Joder, no lo sé! ¡Solo lo dije! ¡No lo pensé! ¡Simplemente salió de mi boca!– Exclamé, hablando a toda velocidad, encogiéndome de hombros–
- Estás mintiendo, fue por una razón: dime cuál es– Exigió entrecerrando los ojos, esperando–
- ¿Cómo quieres que lo haga si ni siquiera yo lo sé?– Pregunté ladeando la cabeza, alzando una ceja desafiante–
- No me vengas con eso Megan, lo sabes perfectamente, otra cosa es que no quieras reconocerlo y decirlo– Aclaró Nikolai resoplando, molesto–
- ¿Cambiaría algo el que te lo dijera?– Susurré en voz baja, evaluando su reacción–
- Eso depende– Comentó apretando los labios en una tensa línea–
- Supongo que entré en pánico... fue una reacción instantánea, casi natural. Durante este fin de semana me pareció que estabas haciéndote demasiadas ilusiones. Me preocupó que te proyectes en un futuro conmigo– Tragué saliva con dificultad, incapaz de levantar la mirada–
- ¿Eso fue lo que te pareció?– Gruñó con sus ojos brillando de ira–
Asentí con la cabeza, me costaba encontrar las palabras adecuadas para expresarme.
- Entonces estás terriblemente equivocada– Ladró, alejándose de la mesa decepcionado–
- Puedes tratar de negarlo, pero yo sé que es verdad. Dudo seriamente ser la persona indicada para ti, por esa razón no quiero que te enamores de mí en vano– Dije con un suspiro, entrelazando mis manos delicadamente–
- Hasta donde sé, soy yo quien decide de quién me puedo enamorar, no tú– Exclamó, escéptico y herido–
- Estoy tratando de salvar tu corazón, maldito ruso testarudo– Gruñí frunciendo el ceño, exasperada–
- ¿Acaso no te das cuenta? Mi corazón no tiene salvación porque ni siquiera me pertenece a mí– Bramó en voz baja, conteniendo su enojo, apretando sus manos en puños–
- ¿Cómo?– Jadee abriendo los ojos de par en par, asustada–
- Te lo di por completo el primer día que te conocí en aquel café de Rusia hace un año atrás– Explicó, cubriendo su rostro con las manos–
- No– Supliqué, negando con la cabeza–
- Sin importarme que tú fueras a aceptarme o no, decidí arriesgarme con mis sentimientos, aunque no fueran a llevarme a nada, aunque amaras a otro, aunque me consumieran hasta las cenizas– Declaró con la voz rota, mirándome fijamente a los ojos, tenso–
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Déjame ir o ámame así (ASP #2)
Lãng mạnLa última vez que se vieron, las cosas entre Megan y Cristianno no salieron bien. Surgieron tantos secretos que parecía imposible que las cosas permanecieran como antes. Megan descubrió que los Gabbana asesinaron a sus padres y Cristianno se enteró...