Cristianno
Mi mente estaba frenética, Megan había vuelto, justo cuando creí que la había perdido para siempre. Todavía no podía creerlo. Ignoraba lo que había pasado durante el tiempo que la secuestraron, pero si Amara había tomado el control, no debe haber sido nada bueno.
Aunque Megan compartía su cuerpo con Amara, su esencia y aroma eran completamente distintos. Es extraño y parece imposible, pero es la verdad: cuando la abracé, supe al instante que no era ella. No puedo explicar cómo, pero para mí era evidente, algo que hasta la última célula de mi cuerpo sabía.
Necesitaba verla otra vez, sentirla, asegurarme de que estaba bien y averiguar qué tanto daño le habían hecho. Y cuando lo hiciera, los mataría a todos. No me importaba quiénes fueran, lo poderosos que creían ser o la cantidad de hombres que tenían a su disposición. Nadie podía llevarse a Megan así como así y no recibir un castigo. Con Cristianno Gabbana no se juega.
Sin embargo, respecto a Amara, tengo que admitir que nunca pensé que nuestro primer encuentro sucediera tan pronto. No estaba preparado y considero que no salió tan bien como esperaba.
Megan me había hablado muchísimo sobre Amara, explicándome cuidadosamente cómo era, sus fortalezas y debilidades, su forma de ser, actuar y pensar, además de la mejor estrategia para tratar con ella, si es que en el futuro debíamos hacerlo. Pero nada te puede prevenir lo suficiente para lo que Amara realmente es.
Por eso no dejaba de asombrarme que sea una doble personalidad, porque aunque Amara fue creada por Megan en un momento crítico de vida o muerte, había creado algo de otro nivel.
Si no fuera porque estaba en el cuerpo de Megan, probablemente le temería mucho más.
Megan me aconsejó no enfrentarme a ella pase lo que pase, porque las consecuencias podían ser desastrosas. Según ella, Amara me vencería fácilmente en cualquier tipo de pelea sólo en un pestañeo.
En mi opinión consideraba que exageraba, restándome crédito y glorificando demasiado la figura de Amara, pero eso no significaba que no le guardara mucho respeto. Obviamente, el respeto no era recíproco, porque se notaba a kilómetros que Amara me veía como un enemigo, un ser inferior en quien jamás podría confiar.
Aunque fue breve, alcancé a distinguir en sus ojos el destello del asesinato y la sed de sangre que aparece al instante cuando conoces a una persona con la que entiendes a la perfección que no tendrás una relación civilizada ni en un millón de años.
A partir de nuestra primera reunión cara a cara, podía afirmar con total seguridad que no le agradaba en absoluto a Amara. Esto no me molestaba, pero por la armonía de todos, era mejor que hiciéramos el intento por llevarnos decente.
Estaba impaciente, Amara se había pasado todo el día en la bodega y no había vuelto a subir para hablar ni para comer. La curiosidad me carcomía y no podía evitar preguntarme qué tanto estaba haciendo allá abajo. Varias veces me plantee ir a revisarla, pero me contuve, recordándome a mí mismo que me amenazó con arrancarme el brazo si no la soltaba, porque tenía un asunto que resolver y no quería que la molestara.
¿Quién se creía que era como para darme órdenes?
Si la veía otra vez, le explicaría un par de cosas que necesitaba saber. Había límites y reglas que debíamos acatar y establecer para no cruzar. Porque le gustara o no, Megan y yo estábamos juntos, pero Amara siempre estaría involucrada entre nosotros y eso no se podía cambiar.
Mi celular empezó a sonar sobre la mesa y me sacó abruptamente de mis pensamientos. Volví a entrar en el departamento y me acerqué a la mesa de vidrio viendo que en la pantalla aparecía el nombre de Austin. Llevé el celular a mi oído y contesté.
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Déjame ir o ámame así (ASP #2)
RomanceLa última vez que se vieron, las cosas entre Megan y Cristianno no salieron bien. Surgieron tantos secretos que parecía imposible que las cosas permanecieran como antes. Megan descubrió que los Gabbana asesinaron a sus padres y Cristianno se enteró...