Capítulo 49

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Cristianno

Han pasado varias semanas desde que Megan regresó y desde entonces hemos estado viviendo en nuestro departamento en Nueva York. Aunque en teoría tenemos el dinero para vivir en cualquier parte del mundo, sería estúpido no aprovechar la inmunidad que amablemente nos otorga el Presidente de los Estados Unidos.

En general, todo ha estado tan tranquilo que la rutina lentamente se está tornando aburrida y monótona. Tampoco contribuye el hecho de que el indulto sólo funciona dentro del perímetro de la ciudad, porque si llegamos a poner un pie afuera, nos asesinarán al instante. Por esa razón, no podemos movernos libremente tal como quisiéramos, lo que nos frustraba hasta la desesperación.

Hubo una oportunidad en la cual intentamos salir y todo salió mal, porque la policía nos encontró y nos acorraló. No nos arrestaron, pero tuvimos que volver y conformarnos con pasear por la ciudad. Desde entonces, decidimos no llamar la atención de las autoridades más de lo estrictamente necesario.

Después de todo, no teníamos otra opción, este era el único lugar del mundo donde Megan estaba segura, porque la CIA y cualquier otra persona tenían prohibido cazarla. El que intentara dañarla, no importa de qué forma, sufriría las consecuencias.

Y al final, acepté ayudarla a destruir la CIA.

Al principio me negué, pero luego de entender que habían traicionado y utilizado a Megan en reiteradas ocasiones a lo largo de los años, ella finalmente terminó por convencerme, como siempre.

Esto nos convenía a ambos, eventualmente, todos ganaríamos algo: yo rescataría a mis tíos y Megan disfrutaría de la venganza que tanto anhelaba.

Sin embargo, este era sólo el primer paso, porque poner en marcha nuestro plan era lo realmente difícil. Para lograr nuestro objetivo, empezamos a trazar una estrategia y a organizar lo que teníamos y lo que nos restaba por conseguir.

Para que esto funcionara, debíamos ser eficaces.

Era agradable tener a Megan a mi lado constantemente, pero algo muy distinto era trabajar con ella. No sólo era totalmente nuevo, sino que era la primera vez que estábamos juntos como equipo en el mismo bando, persiguiendo lo mismo.

Cuando nos separamos después de lo que sucedió en el helicóptero, nuestra relación retrocedió y pasamos de ser pareja a ser enemigos. Si en ese entonces me hubieran preguntado si creía que esto sería posible en el futuro, habría respondido con un rotundo no. Sólo dos años después, el panorama había cambiado radicalmente.

Ambos habíamos crecido, madurado y aprendido de nuestros errores, pero lamentablemente, las cosas entre nosotros no estaban tan bien como aparentábamos a los demás. Por alguna razón, no es como solía ser.

Megan era diferente y aunque en el fondo seguía siendo la misma mujer de la que me enamoré, esta nueva versión la estaba invadiendo. ¿El resultado? Sentía que no la conocía. En algunos momentos, escasos y fugaces, repentinamente se convertía en alguien totalmente distinto. Y cuando eso ocurría, llegaba a confundirla con Amara accidentalmente.

Supuestamente eran dos personalidades opuestas, no deberían parecerse tanto entre sí, mucho menos hasta el punto de fusionarse como si fueran una sola persona. Pero lo hacían y ni siquiera lo notaban.

Desde que estuvimos en mi club, no habíamos vuelto a tener una pelea, porque estábamos demasiado ocupados como para perder el tiempo en distracciones innecesarias. Sin embargo, solos por la noche en nuestra habitación, las cosas empeoraban.

 Sin embargo, solos por la noche en nuestra habitación, las cosas empeoraban

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Déjame ir o ámame así (ASP #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora