— Valerie:
Haber escapado de las chicas no era nada bueno, ahora mi castigo consistía en pasar toda la tarde con ellas. El sábado traía sol y calor a éste invierno. Por lo que nuestro destino sería una visita al gran ojo de Londres.
Cuando Zayn me dejó frente a la gran especie de ruleta rusa sonrei al ver a mis queridas amigas ahí. Lety no era la única acompañada por Niall, también estaban Louis y Liam. Me sentí mal por tener que pedirle a Zayn que se vaya, pero era imposible estar ahí todos en pareja y dejar a Sam sola. Era algo que no haría.
- Lo siento lindo - Le sonreí.
- Descuida, te entiendo - me sonrió en respuesta. - A demás tengo unos asuntos que resolver, volveré tarde ¿Sí? -
- Está bien Zayn, tienes derecho a una vida, cielo - Susurre siendo lo más dulce que pude.
- Te amo - Aseguró, tomando el casco que le entregaba y poniendo en marcha su moto.
Camino en silencio hasta llegar junto a las chicas, pero una voz demaciado conocida me frenó a unos pasos de distancia, llamándome. Me giro confirmando que quién me llamaba era mi amigo, Harry.
- ¿Qué haces aquí? - Pregunto asustada, intentado que Sam no lo vea, algo imposible. Puedo sentir las miradas de todos a mi espalda y el ruloso es mucho más alto que yo, por lo que todos lo vieron.
- ¿Esa es forma de tratar a tu amigo? Y.. Me invito Lou. - Me sonríe.
- Sabes muy bien que tenemos que hablar, seriamente - Lo acúso.
- Claro, linda - Acaricia mi mejilla y lleva su brazo a mis hombros, insitandome a caminar junto a el. Lo sigo planeando en mi mente la forma de que ingresemos en las norias.
Un joven rubio de ojos claros nos da la bienvenida a la atracción, en cada noria hay un limite de diez personas, pero para mas comodidad se aconceja un numero menor. ¡Perfecto!.
Llevo a que todos suban en una noria, dejándome junto a Harry en otra. Esto de haber llegado temprano ayuda a que solo seamos nosotros en la atracción.
- ¿De qué quieres hablar, Valerie? - Me pregunta Harry, recostandose sobre el frente de la noria admirando el paisaje.
- De Sam - Soy testigo de su transformación, sus brazos se tensan haciendo que su camisa se ajuste más a ellos, su mirada desciende y algunos rizos caen.
Me acerco a el y paso mis manos por sus hombros, masajeandolos, haciendo que su postura se relaje un poco. - Puedes contarme, sí quieres.. -
- Lo sé, solo qué ... - Su voz se ¿Quebró? Levante su rostro y pude ver de cerca esas esmeraldas cristalizadas.
- Oh, Harold.. dime.. - Suplico sintiéndome mal repentinamente.
- Es mucho para mí - Murmura intentado desviar la mirada - Siento que.. que la quiero - Sonreí. - No, no es nada bueno. Ella siempre adivina todos mis movientos, ¿Sabes? Y conocé cada cosa que haría - Hace una pausa y sonríe - Y ahora no se como actuar, quiero sorprenderla, pero la última vez salió todo tan mal. Intente pasar a más y cuando ella me freno.. fue.. Cuando me fuí me dí cuenta, y es mucho.. yo.. yo no puedo - Se lanzó sobre mí literalmente, oculto su rostro en mi cuello y supiro, soltando un corto sollozo.
- Tú, la quieres - Aseguré.
- Más de lo que entiendo -
- Y ¿Por qué no intentas algo? -
- ¿Que parte de me odia no entiendes? A demás si quiero hacer algo ella lo adivinaría - reprocho.
- Si hay algo que ella no se imaginaría nunca, es que la quieras tu también -
