Sam POV.
El nuevo año comenzaba de maravillas para mí, tenía a Harry a mi lado en la misma cama, repartiendo besos en mi brazo creyéndome dormida. La noche anterior lo había dejado entrar en mi habitación, él quería compartir la última y la primera noche de año conmigo y yo no podía sentirme más orgullosa o enamorada. Sin poder evitarlo sonreí cuando besó mi hombro y respiró en mi cuello provocándome cosquillas.
Estaba viviendo con él, en realidad viaje con Harry para pasar los días festivos con él y su familia, amaba locamente a este pequeño de rulos. Anne me había adoptado al verme, lo cual agradecí infinitamente, tenía mucho miedo de no caerle bien, pero ella es tan dulce como se la ve y describe. – Estás despierta, tramposa – Harry sonrió y abrí los ojos para ser testigo de sus hoyuelos.
Se levanto con el pecho desnudo, moviéndose con comodidad en sus bóxers negros de Calvin Klein, no dejé de observarlo mientras buscaba que ponerse y se cambiaba frente a mis ojos, sonreía como boba, esta hipnotizada. El alzo la mirada llevando con su movimiento de cabeza los rulos hacia atrás y fue como un sueño hecho realidad. Sus ojos verdes me miraron fijo y sonrieron como últimamente hace, esa sonrisa que te grita “voy a comerte” y solo puedes sonreír de vuelta y esperar tranquila tu muerte mientras sea en sus brazos. Sonrisa que, descubrí, solo me da a mí.
—Deja de mirarme así— murmuro sentándose a mi lado en el borde de la cama.
—¿así como? — Pregunté.
— Con... vehemencia, como si me adoraras — Sonreí, él frunció el ceño.
No sabía que lo miraba así, supongo que se debe a que yo en realidad lo adoraba, antes, cuando él era una especie de platónico inalcanzable para mi, a quien amaba en sueños o creía amar, porque ahora, ahora sí que lo amo como no existe otra forma que pueda conocer, lo amo a él, como hombre, como persona, como niño caprichoso y adorable, no amo a aquel que cantaba esas canciones con cuatro chicos mas, a quien adoraría y tacharía de perfecto, no, lo amo como alguien normal, porque al fin y al cabo, es el norma, como yo o como cualquier otra persona, solo que está siendo idealizado por miles de adolescentes de las que ahora, me excluyo.
—¿Qué piensas? — Preguntó.
— En que te amo — conteste con sinceridad, el sonrió, esta vez enseñando los dientes. No lo había pensado, era la primera vez que se lo decía, siempre nos habíamos ahorrados las palabras, cerrándonos ambos, pero el… el me obligaba a dejar de ser tan fría.
— Yo no necesito pensarlo, se que te amo — me besó.
Me levanté de la cama cuando entró en el baño, y sin otra opción tuve que ir al baño de su habitación. Vivir con Harry era raro, bueno, supongo que lo sentía así porqué también vivía con sus padres, hermana y cuñado. Mi preocupación, al pisar Holmes Chapel era que Anne me odiara. Pero ella era tal cuál había leído en las revistas. Dulce, cariñosa y amable. La adore desde el primer momento y según ella me había demostrado, le caía bien.
Tomé el cepillo de dientes y me asomé a la puerta de su habitacion, sorpresivamente el hizo lo mismo. Llevaba mi cepillo en las manos. Lo miré y corrí a él antes de que se llevará el cepillo a la boca. Le dejé el suyo y me moví para volver al baño. El tomó mi cintura y me acomodo a su lado, besó mi mejilla y me llevó consigo a mi baño.
Me soltó solo para colocar pasta en su cepillo y en el mío.
—Cuando vivamos juntos, no te dejaré sola, ni el baño. —Fruncí el ceño.
—Puedo vivir bien, sola.
—Ese no es el problema.
—¿Y cuál es entonces? —Pregunté alzando la cabeza y mirándolo a los ojos.