Twenty-Five.

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Even in your darkest hour i will not abandon you.

Logan's POV.

Corrí a mi auto antes de que fuera demasiado tarde. Me había quedado dormido ¡Idiota! ¿Cómo pude haberme dormido? Cada segundo que pasaba sola podía ser malo, muy malo. ¿El porqué? Hoy es veinticinco.

Abrí la puerta de la entrada a su casa con la llave de repuesto que había copiado en secreto. Reconocí los ruidos que venían desde el baño y me paralice. Todo me volvió cómo un dejavú.

Corrí al baño y la encontré de rodillas frente al retrete, tomé su pelo en una coleta apresurada mientras me acomodaba detrás de ella. Esperé a que acabara de vomitar sin mirar. Había estado así las últimas semanas, suponía que eran las pocas porquerías que comía y lo mucho que estaba bebiendo. Me dolía mucho verla así, rota. Estaba acostumbrado a su sonrisa, su fortaleza.

Terminó y lavó su boca casi sin fuerzas para sostenerse del lavamanos. La seguí mientras caminaba sosteniéndose de las paredes para no caer. Estaba mucho más delgada, se podía notar a través de los shorts de jogging desgastados, pero el buzo gigante que debía ser de Zayn no mostraba mucho.

Se acostó en la cama de sus padres. Nunca dormía en la suya. Me recosté junto a ella y la abracé en silencio, apoyó su cabeza en mi pecho, suspire apretándola más a mí, intentando transmitirle algo de mi amor con la esperanza de que la ayudará a no caer. Una esperanza que comenzó a decaer con el tiempo.

Se durmió en mis brazos, no pude acompañarla, no dejaba de pensar en su situación. Hacía dos meses que estaba igual, se la pasaba encerrada aquí, no comía bien, sólo bebía, fumaba, sin hacer nada, lastimandose a si misma, hundiendose y estoy seguro de que si no hubiera venido a la fuerza en año nuevo, ahora...

Despertó inquieta, como si hubiera salido de una pesadilla. Me incliné a su lado y ella me alejó rápidamente de un empujon suave. Confundido repase su figura en busca de algún problema o indicio que me dijera que le pasaba. Vi atónito un charco de sangre sobre la sábana a la altura de sus piernas. Ella saltó de la cama y corrió al baño, yo seguí mirando la mancha con pánico silencioso. Cuando por fin salí del trance tomé mi celular y llamé a un medico que no tardo en llegar. 

Me senté en el suelo junto a la puerta después de que el medico y Valerie me hecharan fuera de la habitación, mientras esperaba a saber que había sucedido con Valerie, rezando por no perder más de ella.

El doctor salió murmurando un —Lo siento, ella no lo sabia. Cuando son primerizas y no lo saben, esto suele suceder... —y yo corrí dentro del cuarto después de despedirlo rápidamente habiendo entendido todo, ella estaba cambiada, sentada en el borde de la cama con una mano en su vientre, mirando el suelo con expresión neutra. No pude hacer otra cosa que abrazarla. Ella no lloró simplemente se quedo viendo a la nada entre mis brazos. Ese veinticinco de febrero, me quedé allí a su lado.

Llegué al baño, podía oír su llanto fuerte y entrecortado, parecía llorar las penurias del mundo entero, entre sollozos distinguí un jadeo de dolor, entonces sin importarme nada, tomé la toalla blanca junto al lavamanos y abrí la cortina de la ducha metiéndome dentro, la abrace por detrás con la toalla entre medio de nuestros cuerpos, estire un brazo y cerré el grifo aguantando el dolor cuando el agua prácticamente hirviendo quemo mi piel. Volví a frotar mis palmas por su hombro oyendo cómo intentaba calmarse.

La guie fuera de la ducha, e intenté secarla, no me interesaba el hecho de que estuviera desnuda bajo la toalla. No se resistió, sequé su cuerpo con cuidado, delicadamente a sabiendas de que podría romperse en cualquier momento. La sentía de cristal. Ella solo llevo su antebrazo a la boca, mordiéndolo, ahogando sus gritos, silenciando su llanto.

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