Samrry.

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— Valerie:

Salí de aeropuerto sintiendo como las lágrimas picaban por salir, pero no las dejaría hacerlo. Zayn iba a cumplir con su sueño, su trabajo. No podría ser tan egoísta.

Mi cabeza dolia, hacer la fiesta una noche antes del vuelo no había sido una buena idea. Ahora la resaca molestaba mi día. ¿¡Quién me manda a escuchar a Harry!? ¡Harry! ¡Sam!

Recordé que la noche anterior ella había entrado con el en la fiesta, definitivamente tengo que saber que sucedió.

Olvidando por completo la resaca subí a la moto que había aparcado fuera del aeropuerto y sobre ella saque mi móvil para comenzar a teclear.

¿Donde estás?  Espero estes despierta, tienes mucho que explicarme, señorita Styles.

Termine de escribir y lo envié. La respuesta llegó en segundos.

¿Te parece la cafetería 'Hidden' en 10 minutos? Un lugar publico limita tus gritos ;)

Suspiré y arranque la moto, el camino hasta esa cafetería es largo, seria un milagro llegar antes de los diez minutos.

Cuando aparque frente a la cafetería vi a Sam sentada frente al gran y único ventanal con la mesa vacía. Entré y fui directo a su mesa, sentándome frente a ella.

– Ordené dos capuccinos de Vainilla y donas hace unos minutos – Me aviso. Asentí.

Esperamos en silencio a que trajeran las infusiones y aperitivos, tomé la taza y sorbí, quemandome la lengua pero disfrutando el sabor de la vainilla sumergida en el café.

– Habla – Exigí recomponiendome de la quemadura que no llegaba ni a primer grado. Ella sonrió mirando el contenido de su taza.

– Despues de que me dejaste con él en el london eye – reprochó me llevo a tomar un café. Porqué había comenzado a llover. Me pidió disculpas por lo que había hecho y lo pedone. –

– Oh, vamos.. tiene que haber más que solo eso – Reproché.

– Bien – Suspiró y volvió a beber de su capuccino.

– Necesito que me perdones, Sam. Yo.. siquiera se por qué lo hice – Murmuro tomando mi mano sobre la mesa del café en el que estábamos sentados.

– Por idiota – Le contesté a la defensiva, quitando mi mano de entre las suyas. No caería con una mirada esmeralda. Me lo debo a mi misma.

Terminamos el café en silencio, no volvió a intentar nada ni a hablar, de vez en cuando movía su cabello hacia atrás, pero no dejaba de mirarme.

– Ya, que tengo – Pregunte con miedo de que haya quedado el bigote de la espuma del café.

– El rostro más bello de todas – Susurró, volteé los ojos y moví la taza.

Nos pusimos de pie y salimos del café después de pagar, la lluvia era más ligera. Se frenó a si mismo en mitad de la vereda.

– ¡Demonios Sam! – Me tomó del brazo, parando mi marcha y volteandome para verlo – Yo. Te quiero, y es difícil, raro.. pero.. Siento que.. ¡Mierda! – Grito y tomó mi rostro para besarme. – Que quiero enamorarme de ti, si es que no lo estoy ya – Me miró a los ojos y susurró sobre mi boca, besandome aún con más sentimiento, allí bajo la suave lluvia.

Ya estaba escrito. Caería una y mil veces, no solo por él.  Con él.

– ¡No lo puedo creer! – Grité – ¡Te beso bajo la lluvia! ¡Harry te beso bajo la lluvia! –

– Basta que pareces una desquiciada – Susurró intentando calmar mis movimientos y tapar mi boca para impedirme gritar. Me calme siendo consciente de todos los que me observaban. Volvi a sentarme derecha y la observé.  Nos miramos unos segundos y ambas gritamos, teminando en risas ahogadas.

– Y ahora son novios. – Susurré con una sonrisa después de recuperarnos de la emoción.

– Vengo de su casa – Susurró también.

– ¿¡Dormiste con él!? – Volví a gritar, una mujer mayor me miro con mala cara.

– No lo que estás pensando, dormimos, juntos. Nada más – Sonrió.

– Qué... Awwwww – Sonreí ante la ternura.

– Quiere que lo enamore – Murmuró.

– Creeme, no lo necesita. Creo que es imposible estar más enamorado de lo que ya está. – Sonrió mostrando sus dientes.

– Gracias amiga – Se puso de pie y me abrazo tomándome por sorpresa. Torpemente devoví el abrazo con sinceridad.

Omnisciente:

Suspiró contenta , parte de su plan estaba hecho. Aun no entendía como pudo retenerse de tocar ese cuerpo escultural. El deseo crecía en ella de solo imaginarlo. Lo tuvo a su lado y no fue capaz de dar rienda suelta a su fantacia.

Calma, todo a su tiempo. Susurró y asintió dándose la razón. Se levanto de la cama luego de cercionarse de haber oido la puerta cerrarse. Bajó las escaleras del departamento y sonrió. No había nadie.

Cogió el teléfono y se sentó en el sillón gris, frente al televisor. Marca los nuemero correctos y lleva el aparato a su oído derecho.

– Reina mía –  El responde al segundo timbre, voltea los hojos por el apodo.

– En mi casa, en veinte minutos – Murmura y cuelga sin recibir respuesta. Vuleve la vista al teléfono y marca un número distinto.

– ¿Hola? – La voz femenina y algo chillona hace que cierre fuertemente los ojos.

– Soy yo – No hay necesidad de nombres. – En veinte minutos te necesito acá – Soltó.

– Estoy en una sesión ahora – Murmuro la segunda chica, intentando apaciguar las voces de sus acompañantes que vociferaban bromas.

– ¿No te alcanzan veinte minutos? – Inquirió algo molesta. Los murmullos le alteraban.

– Haré lo posible ¿Donde? – Preguntó mordiendo su labio inferior.

– En mi casa – Dicho esto. la morena cortó la linea.

El llegó en veinte minutos exactos, ella se hizo esperar otros quince más.  Entró por la puerta pidiendo disculpas y llevando una peluca roja. La usaba siempre que tenia que encontrarse con ellos. Se sentó frente a la dueña de casa y líder del plan. Junto al ultimo peón que habían reclutado y que asquerosamente estaba enganchado con ella.

– Bien, mañana enviaremos las fotos – Sonrió – Será un buen golpe, ya que están lejos y todo lo sentirán mas fuerte – Su sonrisa se ensancho.

La chica de la peluca intento hablar, pero su voz se perdió en el aire cuando el móvil de la morena sono. Está alzó su mano derecha indicándoles silencio a los presentes mientras que con la izquierda recibía la llamada llevando el móvil a su oído.

– Hola princesa – Se escucho del otro lado de la linea.

– Hola amor – Pusó los ojos en blnaco.

– ¿Cómo estás? – Preguntó el rubio desde el otro lado de la linea, interesado.

– Extrañandote – Mintió, pero el le creyó.

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Wooooaaa.. Que ternura con Samrry! :3... Ya quieren saber quienes son estos tres pillos.? O tienen alguna idea...

Bueno, el capitulo veinte tiene una gran sorpresa y revelación..

Beeessssoooooos.... :)

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