Promesas.

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Capitulo dedicado a:

Mafecifuentes. ¡Adoro tus comentarios! :)

Zayn:

Me rompí en mil pedazos cuando vi sus lágrimas, la conosco tan bien que hasta siento su dolor a travez de la pantalla.

Intenté hablarle con todas mis fuerzas pero la culpa se había arraigado en mi garganta como un bloque impidiendo a la voz salir.

Notó mi imposibilidad y vacilo, su labio inferior tembló y lo amarró con sus dientes, para soltarlo cuando comenzó a doler.

Parecía una niña desamparada, sola. Y eso me rompió, porqué yo soy la razón de que esté así.

Advertí el movimiento de su mano y sabía que terminaría con la videollamada, sus ojos estaban rojos y las lágrimas no cesaban.

– No, no, no.. Por favor, amor – supliqué con la voz ronca intentando deshacerme del nudo en mi garganta, pero esté solo bajo a mi pecho sintiéndome oprimido. Ví el valor reuniendose en sus ojos y pronto el marrón se oscurecio por lo que interpretaba cómo enojo.

– ¿Qué quie.. – Y así fue comenzó con irá, para terminar quebrandose y dando paso a otra ola de lágrimas.

– Te amo – Susurré intentando mantener lo único que me ataba con vida – Lo siento por todo – fuí lo más sincero que pude, dejé mi corazón en esas palabras. Aún no sabía cómo había pasado, de estar bien a estar completamente rotos los dos, pero sabía muy bien que mis infidelidades borrosas tenían que ver. Pero no era momento de hablarlo ahora, quería estar frente a ella para confesarme, solo para ser capaz de atraparla cuando quisiera correr lejos de mí.

– También te amo, y eso.. me duele – Su voz salió ahogada y tuvo que respirar varias veces para poder terminar la oración, cada vacilacion en su voz me lastimaba.

– Ya no dolerá, lo prometo – Murmuré intentando ser fuerte, haría lo posible para que ya no doliera. Para que sea como debe ser. Ella asintió y sorbió su nariz – Prometeme que no te irás – Pedí al borde del abismo, si ella simplemente no.. yo..

– Lo prometo – susurró con la voz pesada y cansada, cerró sus jhos un momento y volvió a abrirlos, mirándome – No me lastimes – susurró mientras su mejillas volvían a inundarse por las lágrimas, era la primera vez que la veía tan rota, tan mal. Tragué en seco a su petición. No quería hacerlo, pero era tan idiota.

No lo haré – Juré consciente de que haría hasta lo imposible por no ser una cicatriz más en su vida. Yo quiero ser el último, no un dolor arraigado pero pasajero. Ella intento sonreír, pero su aspecto era triste y no quería imaginar el mío. Golpearon mi puerta y en el lapso que volteé mi rostro secando las lágrimas ella cerró el chat y se desconecto. Cerré el portátil de un golpe seco y grité un ¡Vete! A quién sea que esté del otro lado.

Los sentimientos encontrados me invadieron, su imagen continuaba aún detrás de mis párpados cerrados. Me odiaba a mi mismo por hacerle eso. Grité y pateé todo lo que encontré a mi alcance, la silla del escritorio voló, chocando con el armario que estaba del otro lado y ropiendo el espejo que esté tenía en la puerta. Caminé a ellos y le dí un golpe seco a la parte superior del espejo que aún seguía intacta, está se partió alrededor de mi puño. No sentí nada, la adrenalina y la ira no me dejaban.

Me rendí y caí al suelo decepcionado y vi cómo mis cuatro amigos entraban estripitosamente por la puerta.

– ¡Dios, Zayn! – Gritó Louis corriendo a donde estaba, con Harry siguiéndolo.

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